SANTIAGO.- "Es complicado adelantar un pronóstico porque primero hay que esperar la evolución de la lesión. Hay que esperar que la zona se desinflame, que el dolor se le quite paulatinamente y que responda a las pruebas físicas. Sólo en ese momento sabremos si Marcelo está en condiciones de enfrentar el competitivo mundo del tenis como lo hacía antes".
Esa tajante -pero al mismo tiempo condicionante- aseveración pertenece al médico Alejandro Orizola, profesional que vigilará la evolución de la hernia discal que los últimos años ha impedido el desempeño regular del tenista Marcelo Ríos en el tour de la ATP y que llevó al deportista chileno a someterse a dos intervenciones quirúrgicas en el Bonati Institute, en Florida, Estados Unidos.
Porque de esas operaciones y de la positiva evolución de su salud depende el regreso a las canchas del ex número uno del tenis mundial. De su recuperación depende que comience a trabajar junto a su preparador físico Carlos Cardemil y de su total rehabilitación depende también que defina a su próximo coach.
"Primero está su salud, luego nos preocuparemos del resto", dijo hace algunos días el padre del tenista, Jorge Ríos Jarvis, en relación a los primeros contactos que habrían tenido con algunos técnicos para que se hagan cargo del trabajo de Ríos con miras a la temporada 2004. Entre esos nombres estarían el del chileno Patricio Rodríguez, quien recientemente se separó del ecuatoriano Nicolás Lapentti, y el del estadounidense Larry Stefanki, ex entrenador del inglés Tim Henman.
Respecto al trabajo que deberá realizar Ríos, Cardemil y Orizola coincidieron en que por diez el tenista sólo deberá realizar ejercicios de elongación y movilidad. "Nada de correr, de saltar, de pesas, del trabajo de alto impacto... Todavía está con molestias y en la medida que eso disminuya podremos ir subiendo la carga", agrega el PF.
Y en ese sentido, cobra aún más relevancia la afirmación de Orizola: Ríos volverá al tenis si logra superar en un cien por ciento su lesión, para así someterse sin miedo ni restricciones a una dura temporada. De lo contrario, su futuro en el tenis ya tendría fin.