CARDIFF.- El español Carlos Sainz (Citroen) se ha despedido de sus opciones de ganar el Mundial de rallys al tener que abandonar el de Gran Bretaña, decimocuarta y última prueba puntuable, a causa de una salida de carretera durante la tercera especial de la carrera.
Sainz perdió el control de su Xsara WRC y se salió de la pista en la tercera especial de la prueba (Trawscoed, de 27,97 kilómetros). Ni el madrileño ni su copiloto, Marc Martí, sufrieron lesiones, pero ya no pudieron regresar a la carrera.
Ahora sólo quedan dos aspirantes al título mundial: el francés Sebastien Loeb, compañero de equipo de Sainz, y el noruego Petter Solberg (Subaru).
El primero, líder del Mundial con 63 puntos, manda en la carrera con tres segundos y ocho décimas de ventaja sobre el segundo, que es tercero en el campeonato con 62 unidades.
La mala fortuna ha vuelto a cebarse con Sainz, que en su séptima lucha por el título en el Rally de Gran Bretaña, se ha quedado de nuevo fuera de combate. Sólo en una ocasión se proclamó campeón del mundo en la última cita del campeonato: fue en 1992, al volante de un Toyota Celica.
El español comenzó la segunda jornada ya asediado por los malos augurios. Afrontó la primera especial del día (segunda de la carrera) con once minutos de retraso debido a un problema con el cableado de la cámara subjetiva que lleva en el habitáculo. Los cables comenzaron a arder y este factor ya desconcentró al piloto madrileño.
Sainz llegó a la tercera especial con más de 18 segundos de desventaja y comenzó a atacar para tratar de reducir la distancia con respecto a sus dos rivales, que ya empezaban a escaparse. Pero en su intento por alcanzarles se salió de la carretera y ya no pudo regresar a la lucha por el título.