MUNICH.- Con tal de lograr su gran objetivo está dispuesto a "sacrificios" como el de adelantar en un mes el inicio de los entrenamientos para la próxima temporada: Jan Ullrich no se da por vencido, y vuelve a desafiar para 2004 a su eterno rival, Lance Armstrong.
"No he llegado aún a mis límites. Puedo hacer más kilómetros en los entrenamientos y así seré mejor todavía", advierte el campeón olímpico alemán. Su objetivo: derrotar a Armstrong en el próximo Tour de Francia, prueba que ganó una vez en 1997 y que luego lo vio segundo en cinco ocasiones.
Para la próxima temporada el ciclista alemán comenzó su preparación más temprano que nunca, hace ya una semana. "Alguna vez se tiene que dar que logre mi mejor estado físico en las semanas del Tour", dice confiado Ullrich en Múnich, donde es huésped de la prueba de los Seis Días.
Ullrich cree que el 2004 puede ser el año más exitoso de toda su trayectoria deportiva profesional, iniciada hace diez años, y está convencido de que puede ganar no sólo el Tour, sino que además dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Se está entrenando en el Lago de Constanza, en la frontera suizo-alemana, tratando de bajar los cinco kilos que aumentó en las seis semanas de descanso que tuvo. "Un incremento absolutamente normal", afirma el corredor que oficialmente sigue siendo miembro del equipo Bianchi, pero que ha firmado el retorno a "su" equipo T-Mobile, ex Telekom.
Los únicos problemas que tiene en la actualidad son los que quedan de su desvinculación de Bianchi, que se había creado en torno a él en mayo tras la quiebra del equipo Coast, y con el que tiene contrato hasta el 31 de diciembre.
Su patrón ha dejado de girarle el salario, la deuda acumulada se eleva aparentemente a varios cientos miles de euros. "Hay algunos problemas, confío en que sean solucionado a la brevedad", reconoce Ullrich, que dejó todo el asunto en manos de sus abogados.
Y la otra incertidumbre es el futuro de su asesor más cercano, el belga Rudy Pevenage, enfrentado personalmente al director de T-Mobile, Walter Godefroot. "Todo parece indicar que (Pevenage) me seguirá acompañando, pero no sabemos cómo terminaremos de organizarlo", dice Ullrich.
Todo quedará solucionado, confía, cuando en dos semanas se encuentre con todo el equipo T-Mobile en Colonia.
En diciembre, Ullrich decidirá si hace una sesión de entrenamientos en Sudáfrica, Niza o Mallorca, isla en la que estará en enero. A principios de febrero correrá entonces la primera prueba para su equipo, la Vuelta a Mallorca.
