LOS ÁNGELES.- Los Dallas Mavericks volvieron a hacer gala de la capacidad ofensiva que mostraron en el último campeonato al apabullar por 125-97 a los New Orleans Hornets en la jornada de anoche de la NBA.
Seis jugadores de Dallas alcanzaron las dobles figuras en la noche del martes para lograr la mayor marca anotadora de la temporada con una impresionante efectividad del 58 por ciento (54 de 93 lanzamientos).
El mejor anotador de los Mavs fue Antoine Walker, fichado este año de los Boston Celtics. Autor de 21 puntos, el alero demostró que encaja en la máquina perfectamente engrasada del ataque texano.
"Movimos la pelota muy bien y lanzamos a un alto nivel. Cuando uno tiene la oportunidad de anotar 120 puntos se puede mostrar todas las habilidades", comentó Walker.
La otra estadística espectacular de Dallas fueron las asistencias: 40 para 54 canastas. El líder en ese apartado fue el canadiense Steve Nash, con 11, a las que sumó 17 puntos. "Sumar 40 asistencias en un partido de la NBA no es nada fácil. Nunca habíamos estado en números cercanos a eso", comentó admirado el propio técnico de los Mavericks, Don Nelson.
El mexicano Eduardo Nájera, que comenzó el partido desde el banquillo, se conformó con un punto, cuatro rebotes y dos asistencias en los 13 minutos que estuvo en pista.
Sonics ganan sobre la hora
Si los Mavs lograron el marcador más abultado, los Seattle SuperSonics consiguieron el triunfo más ajustado. Ronald Murray anotó justo cuando sonaba la bocina final para dar el triunfo a los Sonics en su visita a Minnesota Timberwolves por 89-87.
Murray está siendo la revelación de Seattle en este comienzo de temporada. Incluido en un múltiple traspaso, está anotando al menos 20 puntos por partido. Ante los Wolves sumó 29, su récord personal.
"No importa que nadie sepa quién soy. Ya lo sabrán más adelante", afirmó Murray, que agregó seis rebotes y ocho asistencias.
Su canasta llegó después de que Latrell Sprewell anotase un triple que empató el encuentro a 87. Murray recibió la pelota y la retuvo hasta que quedaban sólo cinco segundos. Entonces se movió a la izquierda, se cuadró ante el mismo Sprewell y lanzó a canasta. La pelota tocó varias veces el aro antes de entrar al mismo tiempo que el tiempo expiraba.