MILÁN, ITALIA.- La carrera en el fútbol italiano de Saadi al Gaddafi está muy cerca de ser históricamente corta. El hijo del presidente de Libia renunció al contraanálisis de su doping positivo con nandrolona, por lo que ahora sólo espera una sanción.
El rotativo "La Gazzetta dello Sport" tituló hoy "Ciao Gaddafi" un artículo en el que da por hecho que Gaddafi no jugará jamás en el "calcio". El delantero de 30 años se expone a una suspensión de dos años.
Gaddafi llegó al Perugia al comienzo de la actual temporada. Nunca disputó un minuto en partido oficial, aunque sí se sentó en tres ocasiones en el banquillo. En una de ellas, el 5 de octubre ante la Reggina, fue seleccionado para el control antidoping en el que dio positivo.
El diario revela que la concentración en su orina de norandrosterona, un derivado de la nandrolona, era cuatro veces superior al límite permitido por el Comité Olímpico Internacional (COI).
Gaddafi es el tercer jugador en la primera división italiana esta temporada que da positivo. El mes pasado Manuele Blasi, mediocampista del Parma, y Mohammed Kallon, delantero del Inter, dieron también positivo por norandrosterona.
Después de conocerse su positivo, Gaddafi se proclamó inocente, mientras sus asesores insinuaron que la sustancia podía haber llegado a su organismo durante la rehabilitación de una lesión de espalda que llevó a cabo en Alemania. "La Gazzetta dello Sport" cree al mismo tiempo que la renuncia a la prueba B es un intento de no dañar más su imagen.
Gaddafi llegó al Perugia como parte de una estrategia para mejorar su imagen en un momento en el que encabeza la candidatura de Libia para albergar el Mundial de 2010.
El presidente del Perugia, Luciano Gaucci, afirmó que sospecha que el positivo había sido explotado como una manera de dañar a Gaddafi y al fútbol libio.
Gaucci es un amante de los golpes publicitarios. Hace dos años contrató a una mujer para que dirigiera al Viterbese, de tercera división, pero la echó a los pocos encuentros.
Su última "excentricidad" fue proponer, pese a la negativa de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), a una mujer como integrante del plantel del Perugia.
Gaddafi no se queda atrás. Dirige la federación libia de fútbol y logró que se jugara una final de la Supercopa de Italia en Trípoli. Es además el primer hijo de un jefe de Estado que integra un equipo de la primera división de la Liga italiana. A mediados de este año se dio un gusto largamente esperado, disputar un amistoso ante Argentina en Trípoli.
Hace unos años contrato al canadiense Ben Johnson, protagonista del mayor escándalo de doping de la historia, como su entrenador personal. Y pagó una desorbitada cifra a Diego Armando Maradona para que le enseñase algunos "trucos" de fútbol.
En Perugia, club al que llegó por 300.000 euros (348.000 dólares) que fueron donados a la beneficencia, vive a cuerpo de rey. Tiene 13 habitaciones permanentemente alquiladas en el mejor hotel de la ciudad, va en Mercedes blindado a entrenar y en su tiempo libre se pasea con su espectacular Lamborghini Diablo.
El delantero está actualmente entrenándose en Túnez con su selección, que el domingo se mide a Santo Tomé en la fase de clasificación de la Copa de Africa. Gaddafi aseguró que regresará a Perugia tras el choque, aunque no fijó una fecha concreta.
