SYDNEY.- Inglaterra será el sábado próximo el equipo que intentará evitar que Australia defienda el título de campeón mundial de rugby ganado hace cuatro años.
Los ingleses se impusieron hoy por 24-7 en las semifinales del Mundial, en su esperado duelo europeo con Francia disputado bajo la lluvia. El flyhalf Johnny Wilkinson, que anotó todos los puntos ingleses, fue la gran figura ante los 83.000 espectadores en el estadio olímpico de Sydney.
"Wilkinson fue mágico. Es el mejor flyhalf del mundo, y todos los países querrían tenerlo. Tenemos suerte de que esté en nuestro equipo", dijo eufórico el capitán inglés, Martin Johnson.
"Nos dimos cuenta viendo la semifinal de ayer de que en estas condiciones climáticas es importante poner al otro equipo bajo presión inmediatamente", agregó.
Wilkinson abrió el marcador a los ocho minutos de juego con un drop desde 20 metros en línea recta a los postes.
Pero Francia respondió pronto, con Serge Betsen tackleado a sólo un metro de la línea de meta, aunque el impulso lo llevó a superarla. El árbitro Paddy O’Brien pidió la ayuda del juez de televisión y determinó que Betsen había anotado un ensayo.
El flyhalf francés Frederic Michalek, que es el máximo anotador del torneo con 101 puntos, convirtió con facilidad, dándole a su país una ventaja de cuatro puntos.
Pero pronto las cosas comenzaron a torcerse para los azules. A los 22 minutos el wing Christophe Dominici fue expulsado por diez minutos tras ponerle la zancadilla a Jason Robinson. Betsen sería expulsado también por diez minutos en el segundo tiempo.
Inglaterra anotó de penal gracias a Wilkinson para reducir la distancia a un punto. El flyhalf sumaría luego un drop y un penal para dar vuelta el partido y poner a los ingleses 12-7 al término del primer tiempo.
La puntería de Wilkinson continuó imperturbable, y sus patadas bajo la lluvia demostraron ser mucho más efectivas que las de Michalek, que falló varios penales desde buenas posiciones.
Tres penales y un drop en el segundo tiempo completaron el monólogo de Wilkinson para evitar la repetición de la final entre Australia y Francia hace cuatro años.
Inglaterra hizo ingresar sobre el final del partido a Jason Leonard, que jugó así su partido 112 a nivel internacional, una cifra nunca antes alcanzada.
Fabien Galthie, capitán francés, estaba desilusionado, y culpó en parte a la lluvia: "Somos un equipo que prefiere hacer correr la pelota, pero en estas condiciones no pudimos hacerlo".
"Pero Inglaterra jugó bien y mereció la victoria", concedió el medio scrum.
Clive Woodward, entrenador inglés, dijo que la lluvia no fue una ventaja para sus hombres.
"Ambos equipos jugaron en las mismas condiciones. Sí, es cierto que llueve en Inglaterra, pero cuando yo voy de vacaciones a Francia llueve todo el tiempo", ironizó.
"Ahora tenemos la vista puesta en la final. La atmósfera en Sydney es como la de Twickenham, y podemos enfrentar a cualquier equipo. Celebraremos este triunfo y nos concentraremos en la final", agregó.
Cuando se le preguntó si Wilkinson había marcado la diferencia, Woodward fue lacónico: "Wilkinson es sólo Wilkinson".
Francia jugará el jueves con los "All Blacks" de Nueva Zelanda por el tercer puesto, y dos días después Australia e Inglaterra se enfrentarán por el título de campeón mundial.