BUENOS AIRES.- El chileno Manuel Pellegrini se irá de River Plate si el equipo argentino queda eliminado de la Copa Sudamericana de fútbol para evitar un desgaste innecesario, dijo el entrenador a un diario local.
"Si River queda eliminado de la Sudamericana no es bueno que siga", dijo Pellegrini en una entrevista al diario "La Nación" publicada este sábado.
"El límite es nuestra actuación en la Copa, ahí haremos una evaluación. No me interesa continuar sometido a un desgaste cuando la mira está enfocada hacia un técnico que ha salido campeón hace pocos meses y que logró un título por año en la Argentina", agregó.
Después del clásico ante Boca Juniors en el estadio Monumental de Buenos Aires, Pellegrini fue cuestionado, insultado y desacreditado por simpatizantes y un sector del periodismo local por la derrota 2-0, que le dejó servido el torneo Apertura local a su eterno rival.
Los simpatizantes, que recién contra Boca insultaron y pidieron la cabeza del entrenador chileno, quedaron aún más heridos porque mientras River tiene el consuelo de ganar la Sudamericana, Boca está a un paso del título local y el 14 de diciembre disputará la Copa Intercontinental ante el AC Milan de Italia en Japón.
"La historia de River no está en relación con lo que pueda hacer otro equipo. River y Boca no se quieren dar ventaja en ningún aspecto y es la raíz de la importancia del fútbol argentino, una rivalidad muy válida y muy buena", destacó Pellegrini.
Para el chileno, que ganó el Clausura 2003 con River, obtener la Sudamericana no le cambiará la forma de pensar e igualmente "nos sentaremos a conversar con los dirigentes".
"Creo que de ganar un título nacional (Clausura) y uno internacional (Sudamericana), si no soy la persona para afrontar los torneos que quedarán ya no será una decisión mía", sostuvo.
La continuidad de Pellegrini en el cargo está sostenida por el presidente del club José María Aguilar, "una persona consecuente con lo que habla. Si él me respalda es por una cuestión de credibilidad y no por cumplir un contrato".
El entrenador, que vio irse a más de medio equipo después de ganar el Clausura 2003, intentó recuperar el nivel de River y aprobó las llegadas de su compatriota Marcelo Salas y a Marcelo Gallardo, quienes no estaban jugando en el fútbol europeo.
Pero las lesiones no le permitieron al técnico utilizar a dos jugadores que consideró de gran importancia para el equipo.
"Cuando los jugadores pasan mucho tiempo sin actuar es probable que se lesionen. Gallardo y Salas son dos hombres muy importantes. Yo no me hago ningún cuestionamiento por haberlos traído. Ya lo dije: van a ser un gran aporte para el club", destacó.
La próxima semana River recibirá al Sao Paulo en el partido semifinal de ida de la Sudamericana.