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Australia quedó a un paso de ganar la Copa Davis

Con una magistral actuación de Todd Woodbridge, el equipo australiano humilló al equipo español al derrotarlo en tres sets, por 6-3, 6-1 y 6-3. Una de las perores derrotas de los hispanos en esta competencia.

29 de Noviembre de 2003 | 07:42 | EFE
MELBOURNE.- Australia se dejó guiar por un magistral Todd Woodbridge, que hoy se convirtió con 29 intervenciones en el jugador australiano que más ha representado a su país en Copa Davis, y aplastó al equipo español en el encuentro de dobles para adelantarse con 2-1 en la final, y recuperar la moral que habían perdido en la primera jornada.

Todd Woodbridge y Wayne Arthurs destrozaron y amargaron a Alex Corretja y Feliciano López en su debut en Copa Davis, por 6-3, 6-1 y 6-3 en solo 94 minutos, el resultado más humillante en esta competición encajado por el equipo español desde que Julián Alonso y Javier Sánchez perdieran contra Jonas Bjorkman y Niclas Kulti (6-2, 6-2 y 6-2) en las semifinales contra Suecia en el Kungliga Tennis Hall de Estocolmo en 1998.

Después de homenajear a uno de sus jugadores más carismáticos en los últimos tiempos, Pat Cash, Australia recuperó el aliento, se alimentó del fervor local y aplacó sus miedos tras la primera jornada con esta victoria aplastante, y vapuleó al equipo español, tal y como Los Fanáticos, el grupo colorista australiano, golpearon y manipularon una muñeca de plástico con la camiseta de Corretja y el número cero con la que se mofaron durante buena parte del encuentro.

El conjunto español no tuvo opción alguna. Sólamente dos puntos de ruptura en todo el encuentro, con saque de Arthurs en el segundo juego y poco más. Ninguna ruptura, ningún asomo de poder anular el espíritu de creación de sus rivales, ni el poderoso resto de Woodbridge ni la presencia de Arthurs, once del mundo, que comenzó algo frágil y al final fue el brazo ejecutor de los españoles.

La lucha también la ganaron Los Fanáticos en la grada. Sus gritos ahogaron los pasodobles españoles y el ’’Viva España’’. Con sus caras pintadas recordaron a Albert Costa: ’’¿lo estás viendo por televisión?, ’’¿estáis seguros que Costa debió salir del equipo?’’, ’’enseñárselo a Costa’’ le decían cada vez que Woodbrige inventaba algo y ellos fallaban. Incluso cuando Feliciano cometió una doble falta le gritaron ’’Barca’’.

Pero sin duda la carga se la llevó Alex, a quien persiguieron con sorna durante todo el partido, en venganza de lo que sucedió en Barcelona en el 2000. ’’Why, Why, Corretja’’ (¿Por qué, por qué?), ’’Bye, Bye Alex’’ (adiós, adiós Alex) y aprovecharon el estribillo del éxito musical de los setenta de los Jackson Five ’Blame it on the Boogie’ (Echale la culpa al Boogie), para hacer sonar su nombre y acusar: ’’Echale la culpa a Corretja’’. Alex ni se inmutó, consciente de que cualquier atisbo de ira les provocaría aún más, y mantuvo la calma. Simplemente se despidió de ellos al final con un gesto de aprobación con su dedo hacia arriba. ’’Les dije ’buen rollo tíos’’.

Aunque parezca mentira, la única ocasión que tuvo el conjunto español fue cuando Arthurs, en una carrera alocada para recoger un remate español, casi se estampa contra la valla del fondo en el 5-1 del segundo set. El gigante australiano se hizo daño en su mano izquierda, la buena, pero no lo suficiente para abandonar el terreno de juego.

El que sí que tuvo que recurrir al fisioterapeuta fue Alex Corretja que al final del segundo set pidió tiempo para cuidarse su contractura en el cuello. Curiosamente después no volvió a perder su saque, pero sí ’Feli’ que lo cedió por primera vez (4-2).

Esta vez no hubo confusión en la interpretación del himno nacional español, que se entonó para remediar el error del viernes. ’’Los Fanáticos’’ repitieron el suyo en ocho ocasiones durante el partido en un baño de patriotismo, pues el punto obtenido relanza moralmente al conjunto ’’aussie’’.
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