BUENOS AIRES.- Miles de personas recibieron hoy en Buenos Aires a Boca Juniors, flamante tricampeón de la Copa Intercontinental y cuyos jugadores arribaron con sus cabellos teñidos de amarillo y vestidos con kimonos blancos.
Los fanáticos practicamente bloquearon la principal autopista de acceso al aeropuerto de Ezeiza, donde el plantel de Boca abordó un autobús que se encaminaba a paso lento hacia el estadio de la Bombonera.
Los hinchas, algunos de los cuales fueron a Ezeiza hasta ocho horas antes del arribo del plantel, que se concretó poco antes de las 14 locales (misma hora chilena), se treparon inclusive al autobús para acercarse a sus ídolos.
La mayoría de los jugadores vistieron kimonos blancos y vinchas japonesas, tras su triple coronación en la Intercontinental, el domingo en Yokohama, al superar a Milan 3-1 por penales (1-1 después de 120 minutos).
El único jugador ausente fue Sebastián Battaglia, quien hoy mismo se incorporó a Villarreal de España, que pagó 2,5 millones de euros por el 50 por ciento de su pase.
El DT Carlos Bianchi despejó en las últimas horas las dudas sobre su continuidad al garantizar que respetará el contrato que concluye a fines de 2005 y que le permite ganar 1,3 millones de dólares por temporada.
"Si uno tiene un contrato con el club hasta 2005 no tengo nada que decir, es porque lo voy a respetar", dijo Bianchi, de 54 años, quien logró tres Copas Libertadores de América, dos Intercontinentales y cuatro títulos argentinos con Boca.
Bianchi dijo que reemplazará a Battaglia con Javier Villarreal y con el colombiano Fabián Vargas y que no piensa en refuerzos, descartando nuevamente los rumores sobre una eventual incorporación del chileno Rodrigo Meléndez, que juega en Quilmes.
Los jugadores arribaron con sus cabellos teñidos de amarillo, tras eliminar una franja azul que también se habían colocado, pero que no agradó a casi nadie, excepto al juvenil atacante estrella Carlos Tevez.
Los jugadores saludaron desde el autobús a los fanáticos, que dedicaron continuas burlas a River Plate, clásico rival, que el viernes jugará ante Cienciano de Perú por la final de la Copa Sudamericana.
Boca se coronó este año campeón argentino, de la Libertadores y de la Intercontinental.