CALAMA.- Colo Colo rescató un importante empate 2 a 2 en su visita a Cobreloa por el partido de ida de la final del Torneo de Clausura, y sueña cada vez más con conseguir el título que le fue esquivo ante este mismo rival en el campeonato de Apertura.
El gol anotado por David Henríquez en el minuto 90, luego de una confusa jugada le permitió al elenco popular sumar esperanzas en la concreción del título cuando se dispute el partido de vuelta el próximo domingo en Santiago.
Para los loínos, en cambio, el póstumo empate albo significa una decepción muy grande, especialmente por un dejar ir un partido que tenían en las manos con un gran nivel de juego.
El primer tiempo mostró a ambos elencos con cautela, con un juego muy trabado y con sólo una ocasión clara de gol por lado. El cuadro nortino empezó mucho mejor, en especial cuando se juntaban Cisternas, Cornejo y Dinamarca y contando siempre con la velocidad de Jaime González y Galaz.
Fue precisamente Galaz quien tuvo el primer tanto con un tiro diagonal que se fue cerca del segundo palo de Bravo.
Colo Colo respondía a través de Silvio Fernández, pero con un fútbol de mucho toque y algo confuso, algo que fue mejorando con el correr de los minutos. El uruguayo tuvo la posibilidad más clara de la primera mitad. Una perfecta triangulación entre Neira, Villarroel y el mismo Fernández le permitió quedar frente al portero Nelson Tapia quien dio rebote de un fuerte disparo del espigado delantero.
Él mismo probó en segunda instancia y el vertical izquierdo del golero devolvió la pelota. Iban '21.
En la segunda fracción Cobreloa entró con todo en busca de un triunfo. Colo Colo no se encontraba y errores defensivos permitían al cuadro de Luis Garisto llegar con profundidad.
Sólo iban '7 del complemento cuando Jaime González se inscribió en el marcador. Recibió de Galaz a la entrada del área, evitó con calidad a Mena y Riffo y mató ante la salida de Bravo. Cobreloa en ventaja.
El cuadro loíno pareció sacar el pie del acelerador y Colo Colo empezó a encontrarse con su juego. Espina, que casi no había aparecido en los primeros 45, se encontró con Madrid y especialmente Villarroel, quien tuvo una gran actuación.
Antes que cayera el empate albo, eso sí, Bravo respondía con solidez evitando el gol tras un fuerte remate de Juan Luis González.
Posterior a eso, vinieron las mejores jugadas albas. Espina dejó solo a Neira por la derecha y el delantero cedió a Fernández que entraba sin marca por el centro. Pero el uruguayo erró al disparar sin controlar el balón y la mandó a las nubes ('17).
AL minuto el Fernández tuvo otra oportunidad, ahora habilitado por el argentino, pero su cabezazo apurado se fue lejos.
Los minutos pasaban y la desesperación alba encontró su solución nuevamente con el ingreso de Fierro por Millape. La misión que le encomendó Jaime Pizarro fue cumplida a cabalidad: El volante colocolino se juntó con Neira en el área, agarró línea de fondo e hizo la lógica: el centro atrás para un Espina que entraba solo. Antes de rematar el argentino, demostrando su clase se detuvo, controló y metió un derechazo inalcanzable para Tapia. Fue el empate albo ('75).
Pero Cobreloa no bajó los brazos e insistió. Cuatro minutos después, Carlos Chandía, de correcto desempeño, cobró un claro penal tras mano de Villarroel. Cornejo lo transformó en gol.
Parecía que la victoria se quedaba en Calama. EL reloj se consumía y Colo Colo no llegaba con mucha claridad. Galaz tuvo el tercero, pero nuevamente su remate se fue levemente desviado ('40).
A los '89 Juan Pablo Úbeda que reemplazó a Rodolfo Madrid convertía el empate, pero entraba en posición de adelanto. Las sonrisas albas se apagaron.
Pero sólo por momentos, porque a los '45 sí pudieron festejar. Cobreloa no resistió a la presión colocolina y perdió la concentración. Luego de una serie de remates y rebotes en el área loína, el balón cayó en los pies de Mena quien remató con suerte porque el tiro se desvía en el pie de Henríquez, se eleva y sorprende a Tapia. Era el 2 a 2 final.
Luego vinieron los lamentable incidentes que sólo opacaron lo que había sido un digno partido de final de campeonato. Además son un pésimo ejemplo para las barras, justo en momentos en que la violencia parece haberse instalado en las galerías de los estadios de fútbol.