NUEVA YORK.- Latrell Sprewell no podía haber causado más escándalo en su regreso al Madison Square Garden. Tampoco podía haber jugado mejor contra el club que lo cedió hace unos meses.
El alero de Minessota Timberwolves insultó a su ex jefe, el propietario de los New York Knicks, provocó al banquillo de sus oponentes y terminó celebrando ruidosamente cuando su quinteto venció a domicilio por 98-92.
Nunca antes un jugador que había militado al menos cinco temporadas en Nueva York tuvo un desempeño tan destacado como el de Sprewell en su regreso al Garden.
Anotó 31 puntos, y tuvo exactamente el desempeño que quería ante el club que se deshizo de él a mediados de este año. Los aficionados neoyorquinos corearon su nombre para presionarlo desde antes del partido, pero el alero reservó lo mejor de su repertorio para el último periodo, como lo hizo muchas veces con los Knicks.
También guardó para el final los embates contra el directivo y el banquillo. Tras encestar un disparo de tres puntos, que dio a Minnesota una ventaja de 94-89 con 1:14 minuto restante, Sprewell volteó hacia donde estaba James Dolan, el presidente de la empresa dueña de los Knicks, y le gritó varios insultos.
"El sabe lo que le dije", señaló Sprewell. "Se lo dejé bien claro".
Durante una pausa posterior, el árbitro Dan Crawford se acercó a Sprewell y le pidió que moderara su conducta. Sin embargo, el número 8 de los Wolves dirigió después sus gritos al banquillo de los Knicks.
Crawford marcó entonces una falta técnica que permitió a Nueva York acercarse en el marcador, a 95-92, con 30,4 segundos restantes. Sin embargo, Sam Cassell sentenció el triunfo de Minnesota con un triple, cuando faltaban 11,3 segundos.
Cassell encestó 14 de sus 19 disparos y totalizó también 31 puntos. Kevin Garnett añadió 22 puntos y 13 rebotes.