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Roddick, Federer y Ferrero protagonizaron el cambio tenístico 2003

Los tres tenistas se adjudicaron esta temporada su primer título de Grand Slam y ocuparon el podio en el ránking de la ATP, por cuyo número uno estuvieron peleando hasta el último torneo del año, la Copa Masters de Houston.

24 de Diciembre de 2003 | 10:22 | DPA
GINEBRA.- Con el permiso del veterano Andre Agassi, el año 2003 dejó claro que el suizo Roger Federer, el estadounidense Andy Roddick y el español Juan Carlos Ferrero son los nuevos amos del circuito, en el que ya no se volverá a ver al legendario Pete Sampras.

Los tres tenistas se adjudicaron esta temporada su primer título de Grand Slam y ocuparon el podio en el ránking de la ATP, por cuyo número uno estuvieron peleando hasta el último torneo del año, la Copa Masters de Houston.

Al final el trofeo al mejor jugador del año fue para Roddick, campeón del US Open, pero la sensación que dejaron los tres nuevos dominadores del circuito es que en 2004 la lucha volverá a ser enconada.

A sus 33 años, Agassi demostró un año más que su motivación se mantiene tan fresca y joven como su tenis. Después de alzarse con su cuarto título en el Abierto de Australia a comienzos de temporada, el estadounidense se convirtió en 2003 en el número uno más viejo de la historia con 33 años y 13 días, el 11 de mayo.

Su figura es la última de una generación que este año perdió definitivamente a su máximo representante, Pete Sampras. Un año después de jugar y ganar su último partido, la final del US Open, el estadounidense dijo adiós en un emotivo acto en la cancha central de Flushing Meadows.

Un año estuvo Sampras meditando su retirada, que con cada nueva postergación de su debut en 2003 se hacía cada vez más evidente. Al final, después de 14 títulos de Grand Slam, el norteamericano, que hace pocos días cumplió 32 años, decidió en agosto dejar paso a una nueva generación de tenistas.

"En mi corazón sé que es hora", dijo entonces el tenista. "No tengo nada que demostrarme. Mi mayor reto era ganar aquí otra vez. Fue como si hubiera subido una enorme montaña. Estoy satisfecho y en paz conmigo mismo".

Menos satisfecho está Federer, al que todos señalan como el sucesor natural de Sampras por la similitud de su juego, que parece convertir en fácil lo imposible.

El suizo terminó este año como número dos del mundo, pero tras su título en Wimbledon y su exhibición en la Copa Masters, pocos dudan de que su destino está en lo más alto.

En cualquier caso, si lo consigue será sin el entrenador con el que estuvo ligado desde 1998, el sueco Peter Lundgren, con el que decidió romper por sorpresa poco después de terminar la temporada.

"Seguimos siendo amigos, pero tenísticamente es el final", dijo Federer, de 22 años. "Todo sucedió de forma natural, es algo en lo que pensaba desde hacía tiempo. Ahora soy más mayor y más maduro en mi tenis, necesito nuevos estímulos y consejos".

El suizo, que durante esta temporada rompió también con la multinacional de la representación IMG para refugiarse en su familia y amigos, comenzará la temporada solo mientras busca con calma un nuevo técnico. "Puedo ir a Australia sin entrenador. Mi objetivo seguirá siendo el mismo", aseguró Federer, que con siete títulos fue el jugador más exitoso de la temporada.

Sólo a un triunfo del suizo se quedó el número uno del mundo, Roddick, que parece haber asumido con valentía la pesada carga que supone ser el heredero del legado de Sampras y Agassi.

A sus 21 años, el cañonero Roddick explotó definitivamente a mitad de temporada, cuando cambió de entrenador y contrató los servicios de Brad Gilbert tras perder en primera ronda en Roland Garros.

Precisamente la tierra de París fue la que consagró definitivamente a Ferrero entre los grandes. El español llevaba un par de temporadas entre los mejores del mundo, pero el título de Grand Slam se le escapaba y tras su final de Roland Garros en 2002 y sus semis los dos años anteriores, comenzaba a convertirse en una obsesión.

"Espero no quedarme sólo con este título, sino conseguir muchos más", dijo un aliviado Ferrero tras lograr el trofeo con el que siempre había soñado.

El español fue el mejor sobre la tierra, pero advirtió de que no quiere reducir su reino al rojo de la arcilla al llegar a la final del US Open y al alzarse con el título en el torneo de Masters Series de Madrid.

La gran decepción de la temporada fue el australiano Lleyton Hewitt. Número uno el año pasado, Hewitt sólo dio la cara al comienzo de temporada y terminó el año en el puesto 16 del ránking. Eso sí, los dos meses de antelación con los que terminó la temporada con objeto de preparar la final de la Copa Davis le dieron sus frutos. Sobre la hierba del Melbourne Park, Australia logró su 28 Copa de los Mosqueteros venciendo a España en la final.
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