ROMA.- El italiano Roberto Baggio, uno de los futbolistas más destacados que ha dado este país en los últimos 15 años, anunció hoy su retiro a fines de esta temporada, que terminará con 37 años.
En una entrevista concedida a una emisora de Brescia (norte), ciudad en la que juega, Baggio aseguró que colgar las botas "es la idea que tengo hoy y pienso que será así de modo definitivo, salvo algún cambio clamoroso que muy difícilmente llegará".
Si Baggio confirma esa intención pondrá fin a una carrera de gran prestigio en la que desde 1985 ha actuado en las filas del Fiorentina, Juventus, Milán, Bolonia, Inter y Brescia, siempre con la fantasía como elemento característico, lo que le ha valido el cariño del público italiano.
El "Balón de Oro" al mejor jugador europeo obtenido en 1993 marcó el punto culminante de este futbolista imprevisible y a ratos genial que pertenece a la estirpe de los delanteros de pequeña estatura, intuitivos y técnicos, capaces de solucionar un partido en una jugada aislada.
La etapa con Juventus (1990-95) fue la mejor para Baggio, que con los de Turín ganó el "scudetto", la Copa de Italia y una Copa de la UEFA, aunque en su paso por el Milan también logró un título del campeonato nacional italiano.
Su palmarés también lo adorna el subcampeonato conseguido con Italia en el Mundial de 1994 en Estados Unidos, en lo que posiblemente fue el día más triste de su carrera, ya que en la final, resuelta por penales a favor de Brasil, Baggio falló el lanzamiento decisivo.
Baggio ha reconocido que mantiene su pasión por el fútbol, pero que las condiciones físicas ya no son óptimas, en especial porque a mediados de febrero próximo cumplirá 37 años.
"Mi carrera ha estado marcada por las lesiones, que sobre todo en estos últimos años me han desequilibrado", ha declarado Baggio, que ignora qué hará tras la retirada: "Todavía es pronto para decidir. Debo acostumbrarme a la idea de no correr más en el terreno de juego, y después encontraré algo bonito que dé valor a mi vida".
Antes de cerrar espera conseguir su último reto, el de llegar a los doscientos goles en la Serie A italiana, para lo que sólo le quedan cuatro.