Los argentinos intentarán hacer el milagro en Manizales, donde los colombianos no han perdido.
BUENOS AIRES.- Boca Juniors no logró romper hoy el granítico bloque defensivo del Once Caldas colombiano en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores y empató a cero tras dominar durante los 90 minutos de juego.
El conjunto colombiano renunció a jugar con el balón y causó en el equipo argentino una frustración al tener que ir a Manizales la semana próxima sin crédito en el marcador y con la sensación de que sólo con una nueva hazaña fuera de casa, como tantas otras que logró en los últimos tiempos, podrá alcanzar por sexta vez el trofeo.
El campeón de la Libertadores buscó la apertura del marcador de todas las maneras posibles, pero chocó contra un paredón defensivo indestructible, en el que Vanegas y Cataño fueron los pilares por su firmeza y por su desprecio por la ortodoxia para despejar los peligros que generaban los dueños de casa.
Como estaba previsto, Boca Juniors ejerció desde el comienzo un dominio total del juego, por momentos abrumador, frente a un conjunto colombiano dedicado a rechazar cerca de su área, sin capitalizar el balón cuando tuvo ocasión de recuperarlo.
Once Caldas sufrió en esas circunstancias al dejar libres de marcajes al lateral boquense por izquierda Clemente Rodríguez y al brasileño Iarley, improvisado como media punta, aunque al conjunto local le costaba llegar con el balón dominado hasta las cercanías del portero Henao.
Pero a los 23 minutos un remate de cabeza de Schiavi dejó en posición inmejorable a Barijho, que también con un cabezazo hizo estrellar la pelota en el larguero del equipo de Manizales.
Schiavi y el colombiano Cataño se enzarzaron sin consecuencias en una pelea dentro del área del Once Caldas, como corolario de varios roces que calentaron el partido delante del árbitro uruguayo Gustavo Méndez, demasiado permisivo.
Clemente Rodríguez volvió a burlar en velocidad por la banda izquierda a sus marcadores a los 32 minutos y, tras un centro al medio del área colombiana que fue parcialmente rechazado, Pablo Ledesma sacudió por segunda vez el larguero del marco de Henao con un fuerte remate frontal.
Siempre lejos de la portería de Boca Juniors, la formación colombiana se multiplicaba para romper el juego local, arrojaba el balón lo más lejos posible y perdió la esperanza de contar con un poco de creatividad cuando el media punta Valentierra debió irse del campo por un golpe en la rodilla izquierda, y fue sustituido por Javier Araujo a los 37.
Los boquenses, instalados en el campo del Once Caldas -que casi no intentó salir de ese sector- jugaron con el acelerador apretado a fondo, generaron varias ocasiones para marcar pero carecieron de claridad frente a un rival rudimentario, expeditivo, que aspiró hondo y se relajó únicamente cuando el árbitro indicó que era la hora del descanso.
Esta vez, nada cambia
Montoya, el DT cafetero, apostó al empate y lo consiguió..
Nada cambió en los segundo 45 minutos, en los que los juveniles argentinos Alvarez y Ledesma completaron una notable tarea creativa mientras el Once Caldas sólo mostraba disposición para aguantar los embates, la presión y la ansiedad boquense para ponerse en ventaja.
En estas circunstancias, no fue posible comprobar si el equipo de Luis Fernando Montoya hubiera logrado algún rédito con un poco de libertad táctica o decisión individual, ya que sus jugadores nunca intentaron agruparse y jugar del otro lado del campo.
Boca Juniors, cada vez más impreciso, llenó de balones el área colombiana constantemente y sólo tuvo problemas cuando Elkin Soto, a los 78 minutos, remató apenas desviado en una esporádica llegada ofensiva colombiana.
Impotente, el conjunto de Carlos Bianchi jugó los últimos minutos casi con los ojos cerrados, con ataques frontales que no hicieron más que favorecer la férrea postura de los colombianos, que con un tiro libre de Soto, que dio en el larguero de la portería local, estuvieron a punto de sacar un conejo de la chistera sobre el final.
Boca terminó frustrado el partido de ida, mientras los colombianos celebraban y, en la mitad del campo, a la hora de los saludos finales, conocían al portero argentino Roberto Abbondanzieri, al que no le habían visto la cara de cerca.
Boca Juniors: Roberto Abbondanzieri; Pablo Alvarez, Rolando Schiavi, Nicolás Burdisso, Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Diego Cagna (m.78, Franco Cángele), Javier Villarreal, Pedro Iarley; Guillermo Barros Schelotto y Antonio Barijho. DT: Carlos Bianchi.
Once Caldas: Juan Carlos Henao; Miguel Rojas, Samuel Vanegas, Edgar Cataño, John García; John Viáfara, Rubén Velásquez, Diego Arango, Arnulfo Valentierra (m.37, Javier Araujo y m.75, Ortegón); Elkin Soto y Jorge Agudelo (m.65, Henry Alcázar). DT: Luis Fernando Montoya.
Arbitro: Gustavo Méndez (URU), asistido por sus compatriotas Pablo Fandiño y Marcelo Costa. Amonestados: Vanegas (m.62), Villarreal (m.73), Rojas (m.80) y Alcázar (m.82).
