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Riquelme-Forlán, la sociedad infalible que tiene Pellegrini

Ambos son los puntales de una racha que se extiende ya a ocho encuentros sin perder en la liga española.

31 de Enero de 2005 | 10:16 | EFE
VILLARREAL.- El argentino Juan Román Riquelme y el uruguayo Diego Forlán se han empeñado en agotar los calificativos elogiosos para definir su juego en cada jornada y, en las filas del Villarreal, se han convertido en la sociedad infalible de la liga española en el equipo que dirige el chileno Manuel Pellegrini.

Llegaron a su actual equipo de una forma similar: ambos procedentes de dos instituciones de prestigio mundial, el Barcelona en el caso del argentino, y el Manchester United en el del charrúa, y también cansados de no disponer de la continuidad necesaria para poder sacar lo mejor de su fútbol en sus anteriores destinos.

Mientras que Joan Laporta consideró a Riquelme prescindible para su proyecto al llegar a la presidencia del Barcelona, tampoco Alex Ferguson depositó su confianza plena en Forlán, lo que derivó en que ambos hicieran las maletas en busca de un lugar en el que sus virtudes futbolísticas fueran reconocidas y aprovechadas.

En la presente temporada, Riquelme dribla, crea, asiste y hasta golea en el Villarreal, lo que le ha llevado a ser un versión mejorada del jugador que deslumbró en el Boca Juniors cuando dejó Argentina hace ya más de tres años.

Como muestra del momento que vive el argentino, en el partido de la pasada jornada, en San Sebastián, la afición de la Real Sociedad despidió al jugador con un atronador aplauso en reconocimiento de su juego cuando fue sustituido a dos minutos del final.

Se dice que el Villarreal está diseñado en torno a su figura y es cierto que es uno de esos futbolistas que se merecen que se arme un equipo a su alrededor para que todo su potencial aparezca en su máxima expresión. Además es capaz de hacer mejores a sus compañeros que, conscientes de ello, agradecen su presencia sobre el campo.

Su exquisita técnica y manejo de balón se han visto acompañadas en los últimos tiempos de otra aportación. Lleva ocho goles en la liga española, y como especialista del equipo desde el punto de penal, se ha convertido en la segunda referencia ofensiva.

Tal vez, la única vertiente negativa para el Villarreal sea las dificultades que se puede encontrar el club para conseguir su continuidad, ya que el 30 de junio próximo vence la cesión de dos años que acordó con el Barcelona y el número de pretendientes del argentino crece a marchas forzadas.

En el caso de Forlán, no cabe duda, de que en el conjunto español se ve la mejor versión del uruguayo, como demuestra que en las siete últimas jornadas ha marcado en seis de ellas y, por partida doble, en tres de esos encuentros.

Forlán es, quizá, el mayor beneficiado del estado de gracia de Riquelme. Si las asistencias del bonaerense tienen como destinatario en muchas ocasiones al montevideano, además, la atención extrema que le prestan las defensas al argentino crea espacios en cerca de las porterías rivales de las que también se beneficia el uruguayo.

Ya son trece los goles que ha sumado Forlán esta liga y que le han catapultado a un protagonismo sobresaliente en España que, probablemente, le hace más feliz incluso que cuando con 22 años, el Manchester United le fichó previo pago de diez millones de dólares al Independiente de Avellaneda argentino, allá por enero de 2002.

A su calidad deportiva, Forlán une otras características extrafutbolísticas que le convierte en un profesional del fútbol alejado de los parámetros habituales, ya que, antes de jugar en Inglaterra, ya hablaba inglés con fluidez y había estudiado ciencias políticas.

La felicidad deportiva que vive en España contrasta con los complicados momentos que, curiosamente, ha vivido Forlán en su país y que hace bueno el dicho de que nadie es profeta en su tierra.

Formado en Peñarol, sus técnicos lo rechazaron para el primer equipo y tuvo que fichar por Danubio, también uruguayo, pero tampoco allí encontró su sitio y emigró en 1998 al fútbol vecino de Argentina para encontrar el éxito negado en casa. Tras una etapa de afianzamiento, Independiente se benefició de sus goles en 2000 y 2001 hasta que se cruzó el Manchester en su camino.

Además, en el pasado mes de octubre, Forlán pidió a Jorge Fossati, director técnico uruguayo, que no le convocara más si no iba a jugar más, decisión que motivó una campaña popular en Uruguay a favor del jugador para que siguiera en el equipo nacional. Fue un nuevo ejemplo de su extraña relación con el fútbol de su país.

Ahora, Riquelme y Forlán han encontrado su lugar en Villarreal, pequeña ciudad de 45.000 habitantes que nada tiene que ver con Barcelona o Manchester, pero que, sin duda, tendrán ya por siempre un recuerdo imborrable en dos jugadores rehabilitados para el fútbol en el césped de El Madrigal.
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