PRAGA.- Cuando la segunda vuelta de la primera división del fútbol checo comience el próximo fin de semana, la segunda mitad de la temporada estará ensombrecida, al igual que en Alemania, por el escándalo de los árbitros corruptos.
El volumen es si cabe mayor que en Alemania: cinco equipos, 14 árbitros, seis funcionarios, así como dos delegados fueron ya condenados por corrupción a la retirada de puntos, multas y sanciones por varios años.
En uno de los mayores escándalos del fútbol checo, hace pocos días por primera vez fue sancionado uno de los clubes punteros: según una decisión de la Federación Checa de Fútbol en Praga el actualmente tercer clasificado, el Slovan Liberec, perderá seis puntos porque se considera probado que al menos sobornó a un árbitro. Además el club del norte de Bohemia deberá pagar una multa de 16.700 euros (más de 22.000 dólares).
Junto al Liberec, otros equipos como al Slovacko, el Viktoria Zizkov de Praga, el Opava y el Viktovice se les descontarán a cada uno 12 puntos. La federación teme ahora una fuga de los patrocinadores, que anualmente aportan 4,5 millones de euros (casi seis millones de dólares) a los equipos.
Mientras el escándalo en Alemania se conoció hace unas pocas semanas, en la República Checa ya salió a la luz el 30 de abril de 2004 y eso que en el país las apuestas deportivas no juegan un papel importante: cuatro de los equipos condenados querían con el soborno mejorar su posición en la clasificación.
La red de corrupción fue descubierta por la policía a través de conversaciones telefónicas. En esas cintas se descubrió que los árbitros fueron sobornados con dinero y con prostitutas y fueron acusados de distorsión de la competición.
El próximo martes comienza el primer proceso. Mientras el juicio se inicia, el escándalo ya está provocando malos resultados para los patrocinadores, que acusan a la federación de una aclaración titubeante.
Las primeras pruebas de soborno fueron respondidas por la federación con la exigencia de "entregar pruebas" y remitidas a los hechos, argumenta la crítica.
Además, las condenas son consideradas ridículamente bajas. No son pocos los checos que creen que la federación no tiene la voluntad de aclarar los hechos. Hay rumores de soborno por parte del Sparta de Praga, pero nadie se atreve a investigar al histórico equipo checo, según argumenta la prensa.
A diferencia de lo que ven en su país, los checos muestran gran respeto al proceder de la autoridades en Alemania, donde los sospechosos se encuentran en prisión. El periódico deportivo checo Sport se hacía la pregunta de muchos aficionados: "¿Por qué no hacemos con la corrupción un proceso tan rápido como los alemanes?".
