ASUNCIÓN.- El Cerro Porteño paraguayo, en una racha goleadora de atacante Santiago Salcedo, derrotó hoy 3-1 al Táchira venezolano en el partido del grupo 4 de la Copa Libertadores de América disputado en el estadio La Olla de Asunción.
"Sa-sa", en los minutos 42, 54 y 64, convirtió los goles del equipo local, que en el primer tramo del segundo tiempo sitió a su rival y sacó la ventaja que pudo haber sido mayor ante un Táchira que perdió pie tras un comienzo alentador.
El gol del descuento del conjunto petrolero fue obra de Giovanny Pérez (m.78), de tiro libre.
Con el resultado, el equipo azulgrana sumó cinco puntos y dio alcance al Palmeiras brasileño en el primer lugar de la tabla tras completarse la tercera jornada del grupo 4, mientras que el Táchira se quedó con tres, uno más que el también brasileño y debutante Santo André.
El equipo cerrista, dirigido por el argentino Gustavo Costas, trató de administrar el control del balón desde los primeros minutos del partido y aunque lo logró, no tuvo acierto ni empuje como para inquietar al portero Dudamel.
Sus jugadas de ataques se tornaron muy anunciados, casi siempre por el lado derecho y como punta de lanza al delantero César Ramírez, quien, sin embargo, no tuvo la asistencia adecuada del argentino Mario Grana.
A partir del primer cuarto de hora el Táchira logró equilibrar las acciones y buscó algún hueco del sector derecho de su rival para las movidas de Carlos Muñoz, quien, sin embargo, no pudo calzar ni a Stalin Rivas ni a Alexander Rondón.
A la vuelta del descanso se guardó un minuto de silencio por la muerte del Papa Juan Pablo II, y poco antes del minuto 50 Domingo Salcedo se filtró por la derecha, sacó un remate a la base del palo, pero "Sa-sa" malogró el remate final.
La reacción venezolana provino de inmediato en un contragolpe que dejó frente a frente a Giovanny Pérez con el portero Aceval, pero este tapó con el cuerpo el disparo a quemarropa del venezolano.
Sin embargo, lo mejor del equipo paraguayo estaba por llegar. El oportunismo de "Sa-sa" fue clave para que éste convierta otros dos tantos mas, el segundo de cabeza, ante una desarbolada defensa visitante que perdió el orden en cada avance cerrista.
