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Mandrake el Mago

En la ANFP deben tener en cuenta que Acosta ya no juega, pese a la verborrea que lo caracteriza. Que él necesita por lo menos 11 jugadores de primera línea para formar en la cancha un equipo compacto y que sea capaz de ganar partidos. De lo contrario, será más de lo que había con Olmos.

25 de Abril de 2005 | 14:01 | Arturo León Díaz, El Mercurio en Internet
Si en algo está de acuerdo la mayoría del mundo futbolístico nacional, no es en otra cosa que las características casi perfectas que posee Nelson Acosta para asumir la papa caliente en que se ha convertido la selección chilena de fútbol.

Ese mote de "hombre duro", que enarboló desde sus tiempos como jugador en O’Higgins y Fernández Vial, le ha llevado a apagar muchos incendios, la mayoría de ellos en el corto plazo. Y precisamente ahí está el elemento que más lo valoriza en el actual devenir de la "Roja", aunque no por ello haya dejado de obtener buenos resultados en procesos más largos, como con la misma selección que llevó a Francia o con Unión Española.

En la ANFP quieren a un técnico que haga lo necesario para llevar a Chile a Alemania 2006, que dé vuelta la tabla de clasificación a favor del equipo de todos los chilenos. También necesitan un tipo con carisma y mucho arrastre para que reencante a la gente y que ésta llene el Nacional para los duelos con Bolivia y Venezuela, con el consiguiente beneficio económico que permitiría paliar el finiquito de Juvenal Olmos y sus colaboradores (se habla de 120 millones de pesos). Y además quieren que sea chileno y haya conseguido títulos en el torneo nacional, algo que Acosta cumple pese a su origen uruguayo. (De paso, otra vez le cerraron la postulación a Eduardo Bonvallet).

Y ese hombre es Nelson Acosta, tomando en cuenta que restan cinco duelos para que termine el proceso eliminatorio para el próximo Mundial. Si no que lo digan en Calama, donde llegó y le dio forma a un equipo que con su antecesor (Fernando Díaz) poco y nada había hecho en el Clausura de la temporada pasada. A fines de año celebraron el campeonato.

Hasta ahí, todo bien.

Pero en la ANFP deben tener en cuenta que Acosta ya no juega, pese a la verborrea que lo caracteriza. Que él necesita por lo menos 11 jugadores de primera línea para formar en la cancha un equipo compacto y que sea capaz de ganar partidos. De lo contrario, será más de lo que había con Olmos.

Y en ese sentido, los seleccionados cerraron filas con el ex técnico de la "Roja". Y otros fueron más lejos aún y pusieron en duda su presencia en los próximos compromisos si asumía Acosta, como lo hicieron ver Marcelo Salas y Jorge Vargas.

Claro, algunos dirán que el delantero de River no le hace un gol ni al arcoiris y que Vargas siempre ha sido polémico y que a lo mejor su ausencia (ojo que no estuvo ante Uruguay ni Paraguay) le haría bien al plantel, pero tampoco se trata de cerrar filas con don Nelson y don Reinaldo y que jueguen los que quieran.

Acá se trata de juntar al mejor equipo, por algo se llama selección, y que estén todos en buena y remando para el mismo lado que el entrenador. Incluso lo dirigentes debieran hacer lo mismo.

¿Muerto el perro se acabó la rabia? No. Porque la rabia se pega, se transmite –en este caso vía oral- y puede acabar matando hasta al que genera mayor consenso. Incluso a Mandrake el Mago.
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