SANTIAGO.- La posibilidad de que Santiago acogiera los VIII Juegos Odesur del próximo año quedó definitivamente sepultada esta tarde, luego que el Gobierno decidiese no optar a la sede, por no contar con el apoyo oficial de Bolivia.
Según informó el ministro Secretario General de Gobierno, Osvaldo Puccio, para el Ejecutivo es esencial preservar las relaciones y la integración entre los países sudamericanos, por lo que se optó por evitar una decisión que pudiese generar algún conflicto con Bolivia.
"Tras diversas gestiones al más alto nivel diplomático, el hermano pueblo boliviano considera que mantiene y le asiste el mejor derecho a ser sede de tan importante evento deportivo", afirmó el vocero.
El Gobierno había anticipado que esperaba que Bolivia apoyara públicamente a Santiago como reemplazante de La Paz para organizar la cita deportiva, pero pese a las gestiones diplomáticas realizadas en las últimas semanas, una declaración pública boliviana que avalara la posición chilena nunca llegó.
Además del silencio del gobierno boliviano, la candidatura chilena sufrió un duro golpe a través de una carta pública del Comité Olímpico de Bolivia (COB), que se negaba a validar no sólo a Santiago como eventual reemplazante de La Paz, sino que cualquier otra candidatura.
"(...) No avalamos ninguna pretensión de Comité Olímpico Nacional, en este caso el suyo (Chile), que desee a través de cualquier acción directa o indirecta consumar el despojo que el directorio de Odesur pretende efectuar con la ciudad de La Paz", dictaba el comunicado que hace una semana difundió el comité boliviano.
Puccio, en todo caso, negó que haya existido algún tipo presión que haya incidido en esta decisión.
La Organización Deportiva Sudamericana (Odesur) había establecido es viernes 22 de julio como fecha límite para Chile entregase su decisión final, luego de la petición del gobierno nacional de extender el límite inicial.
Cuando el organismo reciba oficialmente la negativa chilena, de inmediato se abrirán las inscripciones de ciudades interesadas en reemplazar a La Paz, que el 16 de junio había sido cancelada como sede de la competencia.
En esa fecha, Odesur esgrimió como principal razón la "muy compleja situación social e institucional en todos sus niveles" que atravesaba Bolivia, y que terminó con la renuncia del Presidente Carlos Mesa. Aquellos hechos pusieron en "serio peligro la normal realización de los VIII Juegos Deportivos Sudamericanos en la ciudad de La Paz", según la información oficial del organismo.
