MENDOZA.- El policía que disparó y provocó graves heridas al futbolista Carlos Azcurra durante un partido de la segunda división argentina pidió perdón a la familia de la víctima y aseguró que el hecho fue accidental.
"Matar a alguna persona es lo menos que quise hacer. Fue un accidente. Que sepan entender esto por favor", dijo con lágrimas en los ojos Marcial Maldonado en declaraciones que publica hoy la prensa de la ciudad de Mendoza, donde el domingo pasado se produjo el incidente.
Desde su lugar de detención, el cabo primero indicó al
Diario Uno que siente un profundo dolor por lo sucedido, antes de reiterar que se trató de un acto involuntario.
"Mi dolor por todo esto no lo puedo describir. No sé hacerlo. Que me perdonen, yo entiendo su sufrimiento", enfatizó.
Maldonado, de 43 años, fue imputado por intento de homicidio por la fiscal Liliana Curri tras disparar a quemarropa a Azcurra durante una discusión entre policías y jugadores del San Martín de Mendoza que intentaban que los uniformados no dispararan balas de goma hacia la parcialidad de ese equipo.
"No sé si me entienden. Es difícil de explicar, pero hay que estar a veces en situaciones como estas para poder comprender. No trato de justificar nada. Yo siempre asumí mis responsabilidades", sostuvo el cabo.
Su esposa, Marisa, una docente de una escuela marginal de Mendoza, comentó que su marido "es un hombre derecho y sumamente tranquilo" y apuntó que verlo involucrado en esa situación "descoloca" a toda su familia.
"No dejamos de rezar para que el chico herido se recupere cuanto antes. Mi marido y yo nos ponemos en el lugar de sus padres y sabemos lo que podríamos llegar a sentir. Comprendemos su dolor, su rabia y su miedo. Nosotros también tenemos hijos. Pero mi marido no es ningún criminal", agregó.
Según el último parte médico difundido este martes, el estado de salud de Carlos Azcurra evoluciona favorablemente, aunque permanece con "diagnóstico reservado" debido a las heridas de consideración que sufre en el pulmón derecho y la zona hepática.
El jugador de 28 años dejó de ser asistido por un respirador artificial y se encuentra en una sala de cuidados intensivos del hospital Lagomaggiore de Mendoza, 1.200 kilómetros al oeste de Buenos Aires, donde fue operado el pasado domingo.
Maldonado y otros siete agentes de policía de Mendoza que formaban parte del grupo que se encontraba dentro del campo de juego han sido sancionados y serán sometidos a un proceso judicial.
