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Coria deja casi indefensa a Argentina en Copa Davis

El número uno trasandino cayó ante Karol Beck en tres sets e hipotecó las aspiraciones de su país de alcanzar la final del torneo por equipos.

23 de Septiembre de 2005 | 12:23 | EFE
BRATISLAVA.- Karol Beck rompió el guión, hizo trizas los números y los precedentes y apabulló a Guillermo Coria en la apertura de la eliminatoria que enfrenta a Eslovaquia y Argentina, cuyo camino hacia la final de la Copa Davis comienza torcido en el duelo de Bratislava (7-5, 6-4 y 6-4).

Lastrado por la irregularidad en el servicio y presa de la angustia en los momentos decisivos, el principal jugador de Argentina por ranking -es el sexto del mundo- se convirtió en una nueva víctima del Sibamac Arena, el recinto más discutido, por la peculiaridad de su superficie, cada vez que acoge una eliminatoria de la Davis.

Le ocurrió a España en la efímera defensa de la Ensaladera ganada el pasado curso. Y después a Holanda. Eslovaquia, limitada en riqueza de efectivos, rentabiliza al máximo su condición de local. Se hace fuerte sobre una moqueta de goma extrañamente catalogada como cemento por los organizadores.

Beck, el héroe del enfrentamiento contra el conjunto español y la base en el que se sostiene el proyecto de Miroslav Mecir, que ha decidido apostar por él para los tres días de encuentros, pasó por alto la aureola de su rival y la derrota que encajó en el único partido que hasta hoy ambos habían jugado. En Hertogenbosch el pasado ejercicio. Con triunfo contundente del sudamericano por un doble 6-3.

El jugador centroeuropeo sabe que la Davis es otra cosa. Y que Eslovaquia está en una situación sin precedentes. Histórica y difícil de repetir. Por eso se aferran a ellos.

Argentina, por el contrario, lastra la presión del brillo de sus estrellas. Y el peso del pasado. El maleficio de las semifinales. En donde ha quedado estancado en siete de las ocho ocasiones en las que suspiró por una Ensaladera que se le resiste.

Eso fue, al menos, lo que le sucedió a Coria. Alejado de su mejor juego mantuvo un duelo permanente consigo mismo. No fue consistente. Fue irregular. Nunca dio sensación de vencedor.

Y eso que en el arranque fue Beck el que pareció estar atrapado por las dudas a pesar de que mantenía el tipo y el intercambio de juegos ganados, siempre con el saque, con su rival.

El interminable inicio, que se prolongó por más de una hora -algo más habitual sobre arcilla que en pista rápida- asomó su conclusión en el undécimo parcial. Uno de los claves. Coria, inexplicablemente, se ofuscó con la falta de tino en su saque. Dos dobles faltas propiciaron la primera rotura del partido y dejaron el parcial en manos del local, que no desperdició la situación (7-5).

La consecución de la manga tranquilizó a Beck, que carece de brillo alguno en su palmarés. Una raqueta del montón en el transcurso del año que pelea por mejorar su posición y aunar algún mérito en torneos medianos.

Mientras el eslovaco se asentó en su servicio, el de Rufino prolongaba su ofuscación. En esta ocasión lo cedió en el quinto juego y encarriló la papeleta para su rival, que no desaprovechó la ocasión (6-4).

A las primeras de cambio volvió a ceder el saque Coria, excesivamente descentrado. Peleado con el destino de las bolas dudosas y celebrando en exceso cada punto. Beck, que no perdió nunca el servicio se plantó con 3-1 y a pesar de la mejoría del argentino aguantó la renta hasta el final. Sólo ahí (5-4) el tenista de Rufino tuvo opción para hacerse con el juego (15-40).

No le tembló el pulso a Beck, que anotó cuatro puntos de corrido y dio ventaja a Eslovaquia. Dejó el futuro argentino en manos de David Nalbandián. El héroe en Australia.
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