LOS ÁNGELES.- Kobe Bryant entró en el libro de los récords de la NBA al alcanzar los 81 puntos en el triunfo de Los Ángeles Lakers ante los Toronto Raptors por 122-104, lo que supone la segunda mejor marca de la historia de la Liga en la mayor exhibición individual que se recuerda en el baloncesto moderno.
La jornada disputada anoche comienza y termina en la antológica actuación de Bryant, quien fue una máquina de practicar baloncesto. "Ni en mis sueños imaginé que pudiera lograr 81 puntos algún día", declaró un incrédulo Bryant al término del encuentro.
El alero de los Lakers anotó 28 de los 46 lanzamientos intentados, incluyendo siete triples en 13 intentos. Además, convirtió 18 de sus 20 tiros libres.
Fue la mayor exhibición ofensiva de la historia de la Liga tras aquella mostrada por otro Laker, el mítico Wilt Chamberlain, quien el 2 de marzo de 1962 alcanzó los 100 puntos ante los New York Knicks.
Phil Jackson, el técnico de los Lakers, lo ha visto casi todo después de jugar frente a Chamberlain o de entrenar a Michael Jordan, aunque no pudo ocultar su incredulidad ante lo presenciado. "He visto muchas cosas increíbles en mi carrera, pero ninguna supera lo que hizo Bryant esta noche. Fue la lucha de un hombre contra un equipo entero", declaró.
Tras anotar 26 puntos en la primera parte, Bryant explotó con 55 tantos en la segunda mitad, 14 más que todos los Raptors. Cuando todavía quedaban cinco minutos para el final del partido, el alero anotó un triple para alcanzar los 70 puntos, uniéndose a un selecto club en el que están nombres tan míticos como los de Chamberlain, Elgin Baylor, David Thompson o David Robinson.
Jordan nunca alcanzó tal cifra de puntos. "Aunque en mi carrera me han comparado mucho con él, nunca me gustó. El es uno de los mejores jugadores de la historia, quizá el mejor de todos. Él es Jordan y yo soy Bryant", explicó el jugador de los Lakers.
La afición del Staples Center respondió a la proeza con gritos enloquecidos. "¡MVP, MVP!", corearon, reclamando el título de Mejor Jugador de la Temporada para su gran ídolo, que hizo historia en una noche antológica.
