VIÑA DEL MAR.- Las nubes se despejaron en Viña del Mar y el público al fin pudo presenciar un partido a pleno sol en estos tres días de competencia, pero para el argentino Gastón Gaudio (8°) fue el día más gris de todos, en el que sorpresivamente se despidió definitivamente en la carrera por renovar su corona.
El responsable de todo fue el español Rubén Ramírez Hidalgo (106°), quien pese a ni siquiera estar dentro de los cien mejores jugadores del orbe, demostró una decisión que precisamente se le extrañó a su más prestigioso rival.
La derrota del primer sembrado, estructurada con parciales de 6-7(6), 6-1 y 6-4, despejó el camino para que alguno de los otros cinco favoritos que continúan en competencia puedan acceder al trofeo, entre ellos los chilenos Nicolás Massú (65°) y Fernando González (14°), quien ya no podrá reeditar la final del 2005 ante Gaudio.
El trámite del encuentro tuvo como principal característica la escasa movilidad de Gaudio en la cancha y la facilidad con la que a ratos se salió completamente del partido. Con solo breves luces de su tenis potente desde el fondo, el argentino logró adjudicarse uno de los sets más reñidos que ha tenido el campeonato, con un
tie break donde siempre sintió la amenaza de Ramírez Hidalgo.
En la segunda manga, pareció que Gaudio dejó la raqueta guardada y no entró a jugar, dejando abierta toda la cancha para que su rival europeo hiciese todo el trabajo. El argentino una y otra vez dejaba la bola en la red, se retaba a sí mismo o se desconcentraba con los cobros de los jueces. Y así poco tiempo le quedaba para pensar en su propio tenis. El expresivo 6-1 de la segunda manga, escrito en unos 20 minutos, abrió paso para una tercera manga donde todo podía pasar.
En los primeros peloteos, Gaudio volvía al partido. Un rápido quiebre lo ponía arriba en la cuenta, hasta incluso llegar a ponerse 4-2 y a un par de pasos de la victoria. Fue entonces cuando apareció la fuerza interior de Ramírez Hidalgo, que se ganó el pleno apoyo del público viñamarino con un par de devoluciones de excelencia. La potencia que imprimió el hispano en los últimos raquetazos, lo hicieron merecedor de la victoria al saldar por 6-4 la manga decisiva.
Así también lo entendió Gaudio, quien tras la derrota reconoció que "no creo que haya sido un gran día, él jugó mejor y mereció ganar". El argentino agregó que "por ahí no me adapté al polvo de ladrillo, donde hace tiempo no jugaba. Se nota que me cuesta moverme bastante".
Por su parte, Ramírez Hidalgo afirmó que este fue "el triunfo más importante de mi carrera", aunque se tomó con calma sus renovadas posibilidades de avanzar en el torneo, donde enfrentará en la siguiente ronda a su compatriota Albert Montañés (75°). "Todos los partidos son muy duros y la final aún está muy lejos", aseguró.
