MARSELLA.- El tenista español Rafael Nadal recordó en su reaparición, casi cuatro meses después de su último partido oficial, en el Masters Series de Madrid, las virtudes que le dispararon hacia el número dos del mundo y solventó con triunfo su puesta en escena en el torneo de Marsella, donde batió al belga Olivier Rochus en tres sets (4-6, 6-2 y 7-5).
No regateó esfuerzos el español, que aún apartado de su mejor tenis y del brillo de antaño, mostró los grandes argumentos de su juego. El espíritu que le ha hecho campeón y, sobre todo, permanentemente competitivo.
Frente a un rival incómodo, deseoso de aprovechar el relumbrón de Nadal para proyectar su momento, Rochus rentabilizó la inactividad del español para manejar el partido. Dispuso, incluso, de un punto para cerrar el partido. En el décimo juego del tercer parcial, con Nadal al saque. Pero no aflojó el español. Reaccionó con furia para solventar la situación y dar la vuelta al partido.
El triunfo de Nadal, empeñado en recuperar el tiempo perdido y ponerse a la altura competitiva en el circuito, delató la falta de actividad. Especialmente en el primer parcial, donde mostró lentitud en ciertas acciones.
Eran, además, los mejores momentos del tenista de Namur, instalado en el puesto 29 del ranking y con el título de Palermo en el 2000 como bagaje único en su hoja de servicios. Llevó la iniciativa y tuvo a remolque al español, que no rentabilizó la rotura que ejecutó en el quinto juego (2-3). Rochus le devolvió el break y encarriló tres parciales seguidos que le dejaron a las puertas del set (6-4).
La reacción de Nadal fue fulgurante. Después de que el belga prolongase su momento dulce en la apertura del segundo parcial, el español ganó cuatro de carrerilla para equilibrar el partido.
Para ese momento, Nadal había recuperado la velocidad de movimientos y había ampliado su gama de golpes. Además, asentó el saque, puesto en entredicho como talón de aquiles de su tenis. El parcial definitivo deleitó a los cuatro mil seguidores del Palacio de los Deportes de Marsella. Felices por testificar el retorno del gran reclamo de su cartel.
Nadie se dio por vencido. Ni siquiera Rochus, que no se descompuso a pesar del 4-2 con el que contó Nadal, acomodado en el juego. El belga ganó los tres parciales seguidos y dispuso de un punto de partido con el español al saque. No le tembló el pulso a Nadal, que se adjudicó los siguientes y no falló en la primera ocasión con la que contó para adjudicarse el encuentro en casi dos horas y media de dura lucha.
Nadal se enfrentará en segunda ronda con el francés Gilles Simon, que derrotó al finlandés Jarkko Nieminen.