ROMA.- El partido del domingo entre el Inter de Milán y la Juventus se prolongó hasta hoy a base de acusaciones, insultos y denuncias, después de las insinuaciones del interista Luis Figo sobre la presencia del director general del equipo turinés en el vestuario del árbitro antes del encuentro.
El Inter-Juve, en el que el equipo de Turín prácticamente sentenció la liga italiana tras ganar por 2-1, desencadenó una auténtica batalla entre ambos clubes que crece día a día.
El propietario del Inter de Milán, Massimo Moratti, comentó que estaba harto del comportamiento de la Juve, después de que el club turinés denunciara a Figo por difamación.
"Me molesta su comportamiento porque es completamente inaceptable. Son insoportables, tengan razón o no, les encanta mostrarse así y suscitan sólo antipatía y fastidio. A mi me hartaron y creo que también a todos los aficionados interistas", dijo Moratti.
Las palabras de Moratti llegan después de que la Juve denunciase el martes ante la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) al portugués Figo, que señaló que antes del encuentro vio al director general del equipo de Turín, Luciano Moggi, en el vestuario del árbitro.
"Moggi tiene que explicar qué hacía en el vestuario del árbitro antes del partido. Cuando un equipo gana por méritos propios hay que aplaudir y congratularse. Si por el contrario gana por ayuda de factores externos es normal enfadarse", dijo Figo en Berlín.
La prensa italiana se pregunta si la visita de Moggi fue lo que provocó que "el encuentro empezase con cuatro minutos de retraso". Ante la denuncia, el Inter respondió que se trataba de "una prueba de arrogancia" de la Juventus y que defendería la profesionalidad de Figo en todas las instituciones competentes, así como que pedirá sanciones a quienes pongan en entredicho la honestidad del portugués".
Figo se mostró como uno de los jugadores más enfadados tras la derrota interista y fue el primero en desencadenar hostilidades tras el encuentro, al salir del estadio de San Siro. "Lo que está sucediendo aquí es una vergüenza, mejor que nos vayamos todos a casa", dijo.
Moggi reaccionó enseguida y comentó que "Figo era un jugador que se dedicaba a coleccionar contratos", en referencia al doble acuerdo firmado en 1995 con Juve y Parma, que obligó a ambas partes a prescindir del jugador. Además, Moggi precisó que la visita al árbitro del encuentro, Gianluca Paparesta, la hizo cuando concluyó el partido, "como establece el reglamento y como todos los dirigentes deportivos pueden hacer".
Sin embargo, La Gazzetta dello Sport aseguró hoy que el árbitro negó cualquier visita del dirigente juventino, mientras que dijo que sí recibió a un dirigente del Inter -que se encarga de las relaciones con los árbitros- acompañado por el presidente Giacinto Facchetti.
Mientras la FIGC investiga lo que pasó en los cuatro famosos minutos antes del encuentro, tampoco se sabe lo que ocurrió tras el partido en los vestuarios, donde se produjeron momentos de tensión entre jugadores de ambos equipos y el árbitro.
Por ahora el único que pagó fue el técnico del Inter, Roberto Mancini, a quien el juez deportivo castigó con una jornada de sanción después de gritar al árbitro al considerar que el gol de la victoria de la Juve llegó tras una falta inexistente.
En los terrenos de juego, la lucha entre ambos equipos se terminó con el partido del domingo, pues la distancia entre el líder, la Juventus, y sus perseguidores, Inter y Milan, es de 12 puntos.