Vargas acusa que cuando firmó contrato con GEA el 2000 la empresa no lo apoyó cuando quedó sin club. |
ROMA.- El defensor chileno del Livorno, Jorge Vargas, se sumó al coro de críticos de GEA, la empresa acusada de monopolizar los contratos de jugadores, entrenadores y árbitros del fútbol de Italia y ahora bajo investigación judicial.
Vargas contó que al arribar al calcio en enero de 2000 firmó contrato de dos años con GEA, pero sin quedarse con una copia, y que la firma "no hizo nada" para ayudarlo cuando Reggina, su primer club, le rescindió sorpresivamente el contrato.
El chileno acusó a Alessandro Moggi, titular de GEA, de lanzar "informaciones falsas" sobre él, por lo que quedó seis meses sin jugar, hasta que pasó a Empoli y luego a Livorno, pero perdiendo dinero y ya sin representantes.
La abogada de Alessandro Moggi, Giulia Bongiorno, se reunió hoy con el fiscal romano Luca Palamara, a cargo de la investigación, tras lo cual anunció que evaluará la posibilidad de iniciar querellas por calumnias contra sus acusadores.
Moggi, hijo de Luciano Moggi, administrador delegado de la poderosa Juventus y señalado como un "monje negro" del calcio, es investigado por los delitos de "competencia ilícita con amenazas, violencia y entorpecimiento de la libertad de comercio".
"Acá no hace falta que hable el padre, lo harán los abogados, todo esto es una estupidez", afirmó Luciano Moggi.
El ex patrón del Perugia, Luciano Gaucci, reiteró desde su exilio en Santo Domingo, que la GEA "controla todo y a todos", se queda con el 15 por ciento de numerosas trasferencias e infla contratos de jugadores, supuestamente, para retenerles dineros.
"Si no estás con ellos, no diriges, no juegas y no trabajas", afirmó Gaucci, quien se lanzó a hablar tras la quiebra de su club, de la que culpó a GEA y a Capitalia, una de las principales bancas de Italia.
GEA tuvo y tiene en sus filas a numerosos hijos de nombres ilustres del fútbol, entre ellos del propio DT de la selección de Italia, Marcello Lippi, y se objeta su doble rol como agente de entrenadores y jugadores, creando supuestos monopolios en el mercado de compra y venta y, según los más críticos, como Luciano Gaucci, hasta "arreglando partidos del calcio".
Gaucci afirmó que “el fútbol italiano está todo arreglado, todo en manos de la GEA”, a la que acusó de “hundirlo” por las demandas judiciales que él impulsó la temporada pasada y que paralizaron al calcio.
Peor aún, Luciano Gaucci aseguró que le “apuntaron con una pistola en la cabeza” y fue “obligado a ceder” supuestamente a GEA “el 15 por ciento” del dinero que obtuvo por la transferencia del jugador Fabio Liverani a Lazio, entre otras operaciones.