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Kobe Bryant y Allen Iverson volverán a encontrarse en un "juego de las estrellas" mañana en Houston defendiendo al oeste y al este respectivamente. |
HOUSTON.- Houston vive ya la fiesta del "All Star" lleno de "glamour" a la espera de que mañana se viva el gran momento del baloncesto estadounidense, que apostará por el espectáculo de las grandes estrellas y la globalización.
La NBA vive vientos de cambio y el 2All Star" es un gran ejemplo de dos tendencias apreciadas en los últimos años: la aparición de un relevo generacional, personificado en la creciente popularidad de jugadores como Dwyane Wade o LeBron James, y la decidida apertura de las fronteras.
Así, el equipo de la Conferencia Oeste parece una especie de "Naciones Unidas" del baloncesto, con un plantel donde aparecen el español Pau Gasol, el alemán Dirk Nowitzki, el chino Yao Ming, el francés Tony Parker, el canadiense Steve Nash y Tim Duncan, de Islas Vírgenes.
Y en estos días nadie parece más contento que Gasol, convocado por primera vez para el partido de las estrellas, todo un hito para el baloncesto español. Es su consagración definitiva en la NBA, donde se ha ganado el respeto de jugadores y entrenadores, algo de lo que presume el ala-pívot de los Memphis Grizzlies.
"Estoy muy ilusionado por todo lo que me está pasando y por vivir un momento muy importante de mi carrera. Me encuentro muy feliz de tener esta oportunidad de experimentar cada una de las actividades que rodean este partido. Va a ser un fin de semana muy diferente y que sin duda alguna siempre voy a recordar", confiesa Gasol.
Sin embargo, Gasol es consciente de su papel, el de un "novato" en este tipo de eventos. "Para mí el partido es el premio y espero simplemente disfrutarlo, aprovechar las oportunidades que se me presenten para hacer las cosas bien. Tampoco quiero hacer más de la cuenta, jugar a tope cuando esté en la cancha. Para mí ya es un honor poder compartir con otros jugadores el mismo equipo, son los mejores jugadores de la NBA", aclara.
Y actualmente no hay una estrella que brille más en el firmamento de la NBA que Kobe Bryant, el alero de los Lakers, quien esta temporada alcanzó los 81 puntos en sólo un partido, la segunda mejor marca de la historia.
Bryant es el favorito para llevarse el título honorífico de "Jugador Más Valioso" del encuentro (MVP), aunque enfrente tendrá a rivales tan emergentes como Allen Iverson o, sobre todo, LeBron James.
El partido presentará también dos formas de entender el juego bien diferentes. La Conferencia Oeste parece tener los jugadores más creativos, con talentos de la talla de Nash, Tracy McGrady, Nowitzki o el propio Bryant. Su apuesta son los vuelos, los contraataques vertiginosos y las acciones individuales.
Por contra, la Conferencia Este conformó un bloque en el que destaca la presencia de Chauncey Billups, Richard Hamilton, Rasheed Wallace y Ben Wallace, cuatro jugadores de los Detroit Pistons, el mejor equipo de la Liga.
Todo está preparado para los juegos artificiales y Houston se ha vestido de baloncesto. Será el "All Star" más internacional, el más seguido en todo el mundo, como demuestra la presencia de 300 periodistas extranjeros acreditados para el evento.
"Hemos demostrado que no sólo podemos jugar dentro de la NBA, sino que nuestro aporte tiene impacto inmediato en el rendimiento de los equipos", explica Nowitzki. "Ahora sí que ya no se puede decir que el baloncesto sea un deporte exclusivo de Estados Unidos", concluyó.