TURÍN.- La Fiscalía de Turín, que ordenó en la noche del pasado sábado los registros policiales en los alojamientos de los equipos austríacos de esquí nórdico y biatlón, están indagando sobre la posibilidad de que algunos atletas se pudieran haber sometido a transfusiones de sangre.
Así, la Fiscalía, que también procede formalmente sobre los dos atletas huidos, mantiene contactos con sus consejeros técnicos, quienes están examinando las jeringuillas, máquinas y productos farmacéuticos que se encontraron en el curso de los registros, que tuvieron lugar en Pragelato y Cesana-San Sicario.
La sospecha de los investigadores, según algunas filtraciones a la prensa, es que por indicación del ex técnico Walter Mayer, inhabilitado por el COI por diez años, algunos deportistas austríacos deseasen someterse a prácticas prohibidas, entre ellas la transfusión.
Así, al menos, lo indicaría uno de las aparatos confiscados y el hecho de que, en la bolsa que un deportista arrojó por la ventaja ante la entrada policial en su alojamiento, se habría encontrado una bolsa de sangre.
Asimismo, en la Fiscalía no se piensa que en los análisis por sorpresa sometidos esa noche por el COI a diez atletas austríacos se pueda producir algún positivo.
Pero la ley italiana antidopaje permite a los magistrados proceder legalmente también por un simple intento de alterar irregularmente las propias prestaciones deportivas, así como ante la tenencia de sustancias prohibidas.
Asimismo, este miércoles, han acudido al Palacio de Justicia de Turín el presidente de la Comisión Médica del COI, Arme Ljunqvist, y el director de los servicios médicos del organismo olímpico, Patrick Schamasch, quienes se han reunido con los fiscales que siguen el caso.
