SAN RAFAEL, Argentina.- "Hola, ¿usted sabe dónde es la llegada?".
- No, ¿Qué llegada?
- La del rally.
- No, no tengo idea, pero debe ser allí.
- ¿Señora, sabe dónde será la meta?
- ¿La meta de qué?
- Del rally.
- Mmmmm, ni idea.
La gente no entendía nada. Sólo miraban cómo grandes camionetas, conducidas por hombres y mujeres de distintas nacionalidades, invadían su hasta ayer tranquilo barrio de Nihuil, localidad con no más de 900 habitantes, en la provincia de Mendoza.
Ya eran más de las 15 horas y la información corrió más rápida que el mismo Marc Coma: en pocos momentos más llegarían a ese lugar, en motos o autos, los más de 50 competidores del Rally Patagonia Atacama 2006. El evento se transformó en un suceso para el pueblo.
Niños, mujeres, abuelos, jóvenes comenzaron a aparecer por todos lados, parecían verdaderas hormigas buscando su alimento.
Tres muchachos, dos de ellos hermanos, explicaban el poco interés inicial de la gente. "Acá nadie avisa nada. Nosotros escuchamos en la radio y en el canal local, pero hace poco rato", reclamaban.
Los jóvenes se declaran hinchas de River Plate y hablan del "shileno", pero también preguntan: "¿No se ha lesionado ahora?", y se largan a reír (del chiste y Marcelo Salas).
Hablando de fútbol estaban cuando aparece "Valenzuela", como ellos mismos lo presentan, un hombre de unos 60 años, canoso, con una incipiente barbilla y un lento caminar. Se acerca y su primera pregunta: "¿Ustedes son chilenos?, yo también. Me vine a vivir como en el 61 acá por trabajo. Viví en Valparaíso y luego en la Plaza Ñuñoa", explicaba mientras seguía buscando chilenos.
Contando sus historias en el puerto estaba "Valenzuela" y enseñando el lugar, cuando desde lo alto de los cerros se escucha rugir un motor. "Ahí vienen", gritó alguien. Todos se fueron aglutinando en la meta, mientras de frente aparecía la punta de la moto de Marc Coma. El español se detuvo, tomó mucha agua y siguió, mientras los asistentes tímidamente lo observaban al pasar. Algunos querían un autógrafo, pero el ganador del Dakar estaba muy concentrado en seguir el Enlace.
A esa altura ya gran parte del pueblo se había volcado para ver pasar a los pilotos. No faltó el que se las quiso dar de competidor y sacó su moto a escena, recibiendo por supuesto, la burla de sus vecinos.
"Valenzuela" seguía buscando chilenos y la gente casi impávida, al ver pasar a gran velocidad a Coma, preguntaba: "¿Oiga, quién es ese?".
Sorprendidos aún con la pasada del europeo, nadie se quiso mover de sus asientos. Luego llegó David Casteu y Jordi Viladoms. Sacaron aplausos.
Pronto aparecieron los autos y todos, cual fans siguen a su artista, se fueron tras los pilotos y los recibieron como verdaderos ídolos a su bajada del automóvil. Nadie se quería perder nada. Los miraban, de pie a cabeza, querían hablarles, pero no se atrevían. Para ellos era insólito ver tanta gente desconocida y en un mismo lugar.
Después vino la llegada del chileno Francisco López y el más emocionado, "Valenzuela", supo que era chileno y una sonrisa se dibujó en su rostro. "Este es bueno", dijo.
Sus tres amigos habían subido a ver más cerca la pasada de los deportistas, los niños no paraban de correr y tratar de sacarse una foto al lado de las motos, al interior de los hogares no había nadie.
Así fueron pasando uno a uno los pilotos. Fue tan larga la espera para la llegada que muchos se fueron metiendo a sus casas. La de ayer fue la más dura de las pruebas, pero el cálido recibimiento que le dio Nihuil a los competidores, los hizo recobrar energías y subirse a sus vehículos para continuar con la ruta. Hoy, muchos madrugaron para ver por última vez la caravana que parte mañana con destino a Chile.
"Que les vaya bien", fue la despedida de la gente que se despertó con el Rally Patagonia Atacama 2006.