Serena opta por el modelaje. |
MIAMI.- En el Nasdaq-100 Open de Miami-Key Biscayne, la WTA, la Asociación Profesional Femenina, ni siquiera se había planteado hacer publicidad con el poderoso reclamo de las hermanas Williams. A Serena, ni se la esperaba. Venus fue a Miami... pero rodeada de guardaespaldas y sólo para presentar un videojuego, junto a Sharapova y Federer.
El día anterior a la presentación del videojuego, Venus, que estaba inscrita en Miami, había telefoneado al director del torneo, Adam Barrett, para comunicarle una renuncia cantada: en 2006, Venus, el planeta de ébano (Venus Ebony Starr Williams, nombre completo), sólo se ha dejado ver por la Tierra en un triste partido del Australian Open. Allí, la poco famosa búlgara Tszvetana Pironkova eclipsó en tres sets a la celestial Venus.
Al menos, Venus, que alegó en Miami las secuelas de una lesión de codo, anuncia su intención de retornar en Charleston, dentro de dos semanas: "Sólo me falta ponerme a entrenar", dijo Venus, anticipando también su presencia en Roland Garros, "si todo va bien". Pero de Serena, poco más se ha sabido, tras su derrota en la tercera ronda del Australian Open ante Hantuchova. Allí ganó dos partidos: con penas y fatigas.
Serena anda por ahí de fiesta en fiesta, con nuevo novio, y bien pasadita de kilos. Ni se planteó pasarse por Miami: "Tengo muchos compromisos de modas y diseño, tomo lecciones para ser actriz y no estoy para jugar partidos de tenis", dijo a The New York Times. Estas no son las Williams del gueto, sino las soprano.
