KEY BISCAYNE.- David Ferrer, undécimo favorito, terminó con uno de los grandes favoritos del Masters Series de Miami, el estadounidense Andy Roddick, cuarto favorito del segundo Masters Series del año, y se plantó en las semifinales, donde espera al vencedor del choque entre el suizo Roger Federer y el norteamericano James Blake.
En casi dos horas Ferrer consumó una de las sorpresas del abierto con un marcador de 6-3, 4-6 y 6-4. El habitual espíritu de lucha del español y su carácter batallador dejaron en evidencia el talento y la fortaleza de la raqueta de Nebraska, un "grande" del ranking con veinte títulos como profesional -entre ellos el Abierto de Estados Unidos y tres Masters Series- y que llegó a la cima de la clasificación mundial en noviembre del 2003.
Ferrer, que transita por la parte noble del tenis profesional desde el pasado curso, cuando se dejó ver con frecuencia por los momentos estelares de torneos notables, no ha gozado de la misma repercusión en el 2006, donde su mayor logro fueron los cuartos de final del torneo de Auckland.
Sin embargo, el español, con el torneo de Bucarest como único brillo entre su historial, apabulló al estadounidense en el primer parcial. Tuvo perfectamente estudiado a su rival.
Roddick, vencedor del único precedente entre ambos -en los cuartos de final del Masters Series de París del pasado año (2-6, 6-3 y 7-6)- fue incapaz de aplacar la salida fulgurante del alicantino, que se situó con 4-0 en el primer set.
No tuvo al servicio como aliado el tenista de Nebraska, dubitativo cuando el saque no es tan resolutivo como espera. Y aguardó a la continuación para enmendar la plana. Sumó siete saques directos en este tramo (totalizó diez) y rompió el saque de Ferrer por primera vez para equilibrar el partido.
El definitivo transitó con mayor igualdad. El espíritu luchador del español neutralizaron las aspiraciones de Roddick, con veinte títulos a sus espaldas y que fue número uno del mundo. Pero excesivamente errático en el duelo con el español. El tenista de Nebraska fue víctima de sus 47 errores no forzados. El doble que Ferrer, más regular y sólido.
No le tembló el pulso al alicantino cuando Roddick neutralizó la ventaja de dos juegos que dispuso en la tercera manga (de 4-2 a 4-4). Volvió a romper el saque del estadounidense, desquiciado por su carencia de acierto. No desaprovechó la ocasión para cerrar el duelo y plantarse en las semifinales.