AUGUSTA, EE.UU.- Después de una larga batalla dominical, el zurdo Phil Mickelson, con sus dos "drivers" en ristre, logró su segunda Chaqueta Verde en tres años y el tercer "Grande" de su carrera, al adjudicarse el Master de Augusta.
Tiger Woods, el defensor del título y mejor del mundo, pero hoy el robot más sensible del planeta (su padre pelea contra un terrorífico cáncer de próstata), impuso sonriente la prenda a Mickelson, que a los 35 años se acomoda en el lugar de los grandes golfistas que acumulan más de dos títulos de Grand Slam.
Dos Chaquetas Verdes en tres años, tres hijos y tres "Grandes" ya en su palmarés a los 35 años. Mickelson fue el mejor del enorme puñado de aspirantes apelotonados en busca del título, después de un domingo que sirvió para cerrar la tercera ronda inconclusa la víspera por la lluvia y en el que Mickelson se metió 30 hoyos a las espaldas.
Suya fue la gloria después de un sólo error en el último hoyo, y suyo fue el 1.260.000 dólares de premio en metálico con 281 golpes (7 abajo), dos golpes de ventaja sobre el surafricano Tim Clark.
El sueño de Mickelson se agranda, entra en la leyenda de los hombres capaces de repetir en Augusta. Todos soñaban hoy, en plena batalla, con vestirse con la prenda más codiciada del golf, pero la estadística no perdonó de nuevo: en los últimos 15 años el campeón salió siempre del partido principal, donde estaba Mickelson junto con el veterano de 46 años Fred Couples.
Tiger Woods, que no logró bajar de 70 en todo el torneo, compartió la tercera plaza con Olazábal, Chad Campbell, Couples y el surafricano Retief Goosen.
El argentino Angel Cabrera concluyó en un extraordinario octavo puesto, que le traerá a este torneo el próximo año, mientras que Sergio García finalizó último de cuantos atravesaron el corte, el peor resultado de sus actuaciones en el Masters desde que debutase como "amateur" en 1999.