MADRID.- La liga española de fútbol acordó hoy demandar ante la justicia suiza a la FIFA para poder retrasar una semana el final del campeonato, cuya última jornada se jugaría el 20 de mayo, cinco días después de la fecha límite señalada por la FIFA para el final de las competiciones de clubes.
De esta forma, el partido entre el Sevilla y el Barcelona, correspondiente a la jornada 34 y que fue suspendido por la lluvia, se recuperaría el 14 de mayo, mientras que la última jornada completa, que debía disputarse ese día, se desplaza una semana.
Quince clubes votaron a favor y sólo cinco en contra de la decisión en la asamblea de los clubes de primera división celebrada hoy en la sede de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), según supo la agencia DPA.
Los servicios jurídicos de la LFP, que pretende que la última jornada se juegue también con todos los internacionales, presentarán mañana la demanda ante los tribunales suizos, donde tiene su sede la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
La Liga de Fútbol Profesional (LFP), la Federación Española de Fútbol (RFEF), Sevilla y Barcelona ya acordaron en su día retrasar la última jornada hasta el día 20, pero la FIFA les negó el permiso especial recordando que ya a comienzos de 2005 advirtió a todos los campeonatos que debían estar terminados el 15 de mayo para permitir ocho días de descanso a los jugadores que deben disputar el Mundial de Alemania 2006, que comienza el 9 de junio.
Esa circular es la que ahora la LFP pedirá a la justicia suiza que sea anulada. Los clubes españoles argumentan que la medida fue una decisión arbitraria del comité ejecutivo de la FIFA, porque no está contemplada en sus reglamentos.
La FIFA, en su respuesta a la RFEF la pasada semana, sólo permitió que se disputase el 20 de mayo el Sevilla-Barcelona siempre y cuando ambos equipos no contasen con los jugadores que hubieran sido convocados por sus selecciones para el Mundial.
La RFEF adoptó la decisión de la FIFA y entonces fueron los clubes afectados los que protestaron. Equipos como Celta y Osasuna, que luchan con el Sevilla por una plaza en la Liga de Campeones y la Copa de la UEFA, alegaron que los sevillistas contarían con ventaja por conocer los resultados de los demás y por medirse a un Barcelona mermado sin sus internacionales.