Fernando Alonso (Renault). |
Rubens Barrichello (Honda). |
Jacques Villeneuve (BMW). |
MONTECARLO.- La sesión de clasificación de mañana sábado del Gran Premio de Mónaco obsesiona a los pilotos, sobre todo la primera eliminatoria, con 22 coches en pista durante quince minutos, al final de los cuales los seis peores tiempos quedarán eliminados y condenados a las tres últimas filas de la formación de salida.
La palabra "infierno" es la más utilizada y el actual campeón del mundo y líder de la presente temporada, Fernando Alonso, aunque no ha empleado ésta palabra, ya ha advertido que "si siempre hay tráfico en Mónaco en cada sesión, éste año la clasificación va a ser muy dura, sobre todo los primeros quince minutos, si hay alguna bandera amarilla o alguien tiene algún problema delante tuyo, puedes quedar eliminado".
"En la clasificación tienes que tomar muchos riesgos, riesgos necesarios, es la clave de la carrera, si sales desde la primera fila tienes un cien por cien de posibilidades de terminar en el podio", añadió Alonso.
En el Gran Premio de Bahrein, primera prueba del campeonato de éste año, en el que entró en vigor el nuevo sistema de clasificación dividido en tres partes, en el que en las dos primeras de quince minutos de duración se eliminan a los seis peores tiempos de cada una, muchos pilotos de punta, incluido Fernando Alonso, estuvieron a punto de quedar eliminados.
La sesión quedó interrumpida cuando faltaban 4:34 de los 15 minutos previstos, al romperse un palier del McLaren-Mercedes del finlandés Kimi Raikkonen, a consecuencia de lo cual rompió también la suspensión trasera derecha y el alerón y a duras penas pudo llegar a boxes con la rueda arrastrando.
Esta bandera roja provocó que todos los coches tuvieran que salir juntos para poder dar una sola vuelta lanzada en la que se iban a jugar salvarse de la eliminación y fue calificada por Alonso como "muy estresante".
Si en la segunda sesión libre de ayer, de una hora de duración hubo tres banderas rojas suspendiendo momentáneamente las pruebas, mañana se corre el riesgo en la primera eliminatoria, con todos los coches en la pista desde el primer minuto, que alguna bandera amarilla o roja puedan dejar fuera a alguno de los líderes del mundial.
El brasileño Rubens Barrichello (Honda) ha sido el más radical y ha propuesto "un sistema diferente para Mónaco, ya que se pueden originar situaciones muy peligrosas".
"El cinco por ciento de los pilotos no dirán nada si tienen la suerte de dar una vuelta limpia, mientras que el resto discutirá sobre el tráfico", añade Barrichello que por último añade "probablemente no pasará nada en la última sesión con los diez supervivientes, pero la primera puede ser un infierno".
Jacques Villeneuve (BMW), campeón del mundo 1997, es otro de los que cree que mañana la sesión de clasificación "será un infierno" y añade: "Espero que nadie juegue, porque es muy peligroso y si ocurre algo puede haber un accidente múltiple".
Por su parte el australiano Mark Webber (Williams) también hace hincapié en los pilotos "debutantes, que deben estar muy atentos al retrovisor, porque uno se puede acercar muy rápidamente a ellos y puede que no se aparten lo suficientemente rápido".
Pero además de los problemas que pueden suponer 22 pilotos en busca de un tiempo que les permita salvarse de la eliminación en quince minutos, existe el riesgo de que algún piloto que haya logrado un buen registro al principio se dedique a pasearse por el medio de la pista para molestar a sus compañeros e impedirles que lo mejoren.
Este grave precedente lo originó el brasileño Ayrton Senna en 1985, en su segunda temporada en Fórmula Uno y primera con Lotus, cuando no existía límite de vueltas en la sesión de clasificación y se mantuvo el último cuarto de hora de pista para impedir que otros le superaran, sin embargo aquella maniobra aunque le permitió lograr la "pole", no le sirvió para ganar la carrera, que fue a parar por segundo año consecutivo al francés Alain Prost (McLaren).