MILÁN.- El italiano Ivan Basso ratificó su superioridad en la 89a. edición del Giro de Italia y los últimos 140 kilómetros de la prueba fueron una especie de paseo triunfal para él, ya que eran completamente llanos y como suele ocurrir la dificultad era recibir las felicitaciones de la totalidad del grupo que llegó a Milán.
La jornada en cuestión, entre el Museo de Ghisallo y Milán, de 140 kilómetros, fue para el alemán Robert Forster (Gerolsteinaner), mientras que Ivan Basso (CSC) terminaba primero en la general seguido del español José Enrique Gutiérrez (Phonak) y el también italiano Gilberto Simoni.
Una jornada que fue una especie de paseo triunfal para los diferentes ganadores de las clasificaciones en disputa. Un comienzo más tranquilo de lo habitual. Todos daban por bueno lo que había sucedido y reconocían de alguna forma la superioridad de Basso.
Simoni, ganador en un par de ocasiones del Giro (2001 y 2003) comentaba en la salida de la última jornada que: ’’Basso ha sido superior y Gutiérrez la revelación. Está claro que soy habitual al podio final, especialmente al tercer puesto en el que ya sumo tres puestos’’.
Una jornada en la que todos dieron por bueno lo que habían conseguido hasta la entrada de Milán. Bromas entre los componentes del pelotón, pues todos estaban conformes con mantener sus posiciones en la general y también porque los diferentes líderes den otras clasificaciones salieron con la renta suficiente para no hacer nada, es decir llegar, ya que la renta les permitía darse un respiro.
Muchos intentos de fuga en la parte final de la carrera, pero que no fueron a ninguna parte debido al control del equipo de Basso, pues en las últimas vueltas no escatimaron esfuerzos para manejar la carrera a su antojo y dar el visto bueno a los tirones que se produjeron al final.
Basso ha dejado claro que ha sido el mejor. Muy superior al resto. Ha estado apoyado en todo momento por sus compañeros, especialmente por el español Carlos Sastre.
El vencedor del Giro’06 lo cierto es que no lo ha hecho nada mal, pues al margen de la ayuda de sus compañeros de equipo, en los momentos claves ha sacado a relucir su clase y prueba de ello es que ha sido el primero en tres de las cuatro etapas que tenían llegada en alto, además de la contrarreloj por equipos.
Era un Giro, a priori, ideal para el lucimiento de los escaladores, pero la montaña les dio pánico en la mayoría de los casos y fue en las etapas llanas, especialmente en las cronometradas donde se decidió la carrera. Basso fue el más avispado, pues es un corredor que no destaca en ninguno de los apartados, pero dejó claro que es uno de lo más regulares en pruebas de tres semanas que a otros se les atraganta, como es el caso de Simoni.
Como se esperaba, los italianos acapararon el protagonismo. Basso ganaba con claridad, Gutiérrez era segundo y Simoni tercero; pero la noticia de la última semana la protagonizaba el equipo español Liberty Seguros al estar bajo sospecha su principal director deportivo Manuel Saiz por asuntos vinculados al dopaje.
Un final de Giro que resultó un tanto extraño; pues uno de los candidatos al podio como era el venezolano José Rujano, hizo historia en la carrera. Fue la revelación la pasada temporada con su triunfo en el premio de la montaña, ganador de una etapa y tercero en la general.
Echó pie a tierra tras dar un tirón en el alto de San Carlo, a pocos kilómetros de la línea de meta. Comportamiento que sólo lo justifica su interés por disputar el Tour de Francia con el equipo belga Quick Step que lidera en el campeón del mundo el belga Tom Boonen.