PARIS.- Día de sol en París. Sin embargo, la entrada al Museo del Louvre no se ve tan concurrida como podría esperarse. Nos decidimos y entramos. "Un par de veces me he arrepentido en la puerta, debido al exceso de gente", dice Sebastián Gajardo, rugbista chileno de 29 años, actual jugador del club parisino Bobigny 93.
Hace 4 años ya que Gajardo vive en Francia, jugando profesionalmente el deporte que le apasiona desde su niñez. Primero fueron 2 años en el pequeño pueblo de Aurillac, a 700 kilómetros al sur de París. La experiencia fue buena, pero el pueblo le quedó chico, lo que lo hizo mirar hacia la gran capital. Así nació la oportunidad de Bobigny, club de la Federal 1, division que se caracteriza por mantener el antiguo juego francés, lo que la transforma en la más ruda del país.
Establecido en el acogedor departamento que el club le proporciona en la avenida Jean Lolive, en plena Ville de Pantin, Gajardo distribuye su vida entre los duros entrenamientos y los gratos momentos familiares. Casado hace 2 años con Carolina, su pequeña hija Florencia ya camina y dice sus primeras palabras. En francés, obviamente.
Son pequeñas motivaciones que impulsan a la joven pareja a seguir haciéndole frente a esta aventura europea. "El clima es muy duro, sobre todo en otoño y en invierno. El frío y la lluvia impiden caminar incluso un par de cuadras para comprar las cosas básicas. En esos meses también aparece la nostalgia, y se hace todo mas difícil".
Pero con la primavera, París florece con todo su encanto. La infinidad de parques, lugares históricos, museos y atracciones le dan un nuevo impulso a la vida.
Hay otras cosas que le dan un agregado importante a su vida en París. Al amparo de su mismo club, Gajardo tambien estudia para convertirse en entrenador. "Ya llevo 2 años perfeccionándome, y el próximo me titulo de entrenador profesional de la Federación Francesa de Rugby. Mi idea es en algun momento llevar a Chile toda mi experiencia acumulada en estos años, y de alguna manera, devolverle a la actividad todo lo que me ha entregado como jugador. Me motiva la idea de seguir trabajando vinculado al deporte". Como parte de esta actividad, Sebastián ya dirige a la serie Sub 13 de su club dos veces por semana.
En estos momentos, y a pocas semanas de las eliminatorias para el Mundial de Francia 2007, Gajardo espera coordinar con los dirigentes nacionales los detalles que le permitan jugar por Chile contra Argentina el 1 de julio en Santiago, y el 22 del mismo mes contra Uruguay, en Montevideo.
Hay otros dos jugadores actuando en Francia, González y Valdés, además de Berti, quien lo hace en Inglaterra. Se puede pensar entonces en lograr un cupo para el Mundial. Argentina es inalcanzable, pero una victoria frente a Uruguay en Montevideo, permitiria ir al repechaje contra Estados Unidos y Canadá.
Comienza a caer el sol en París. Sebastián, Carolina y Florencia descansan en el césped del parque de Les Tuileries, a pocos metros del Museo del Louvre, antes de emprender el regreso a casa. Es el momento del recuerdo del país lejano.
Con la misma claridad con la que ha construido su presente familiar y profesional, Sebastián visualiza su futuro. "En principio, la idea siempre es volver a Chile, pero las posibilidades que existen en Francia y en Europa son muy diferentes. El valor que acá se le da socialmente al deporte es enorme, y es visto como una herramienta para formar personas, especialmente los deportes colectivos. Finalmente, no existe el limitante estigma clasista que el rugby tiene en Chile".
El smog de Santiago, que el año pasado le dio una feroz bienvenida a su hija Florencia, lo hace pensar también en la opción de establecerse en alguna ciudad como Concepción u otra. En definitiva, dice Sebastián, "donde haya rugby, yo soy feliz".