LONDRES.- El español Rafael Nadal llegó a Londres con objetivos modestos. Se hubiera conformado con alcanzar la segunda semana. Ahora, con ese objetivo ya cumplido, mira más allá y observa un cuadro que le permite soñar con las semifinales.
Nadal sólo ha disputado 12 partidos en su carrera sobre hierba, pero ya ha conseguido su mejor actuación en el Grand Slam londinense al situarse en octavos de final. Ganó a Alex Bogdanovic, sufrió y remontó ante Robert Kendrick y aplastó al ídolo Andre Agassi, al que retiró de la hierba londinense.
Mañana tendrá enfrente al georgiano Irakli Labadze, que viene de la previa y que está en el puesto 165° del ranking mundial. El número dos tiene motivos para soñar con meterse en cuartos, pese a que la única vez que se enfrentaron ganó el georgiano, sobre la arcilla de Estoril en 2004.
"Estoy aprendiendo a jugar en esta superficie, cada vez entiendo mejor cómo hay que jugar. Ha sido mi mejor partido sobre hierba", dijo tras derrotar a Agassi y cediendo al estadounidense todo el protagonismo por su retirada. El español logró 18 aces y un juego muy consistente sobre la superfice verde.
Mirando más allá en el cuadro, en un hipotético duelo de cuartos de final se mediría con Dimitri Tursunov, verdugo de Ivan Ljubicic, o Jarkko Nieminen. En las semifinales se espera la presencia del australiano Lleyton Hewitt, al que plantó batalla en Queens antes de lesionarse. Las derrotas de Andy Roddick y de Ljubicic en su parte del cuadro permiten soñar al español con llegar más lejos de lo esperado.
Pero Nadal no estará solo. Sus compatriotas David Ferrer y Fernando Verdasco, que derrotaron al chileno Fernando González y al argentino David Nalbandian, respectivamente, amplían la nómina de españoles en octavos. Verdasco se enfrentará al checo Radek Stepanek y Ferrer a Hewitt, sexto preclasificado y campeón en 2002.
De quien no duda nadie que llegará hasta el final es el número uno del mundo y máximo favorito, Roger Federer, que busca su cuarto título en Londres. Pero no lo tendrá fácil mañana en octavos ante el checo Tomas Berdych, que le ganó en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Federer llega al duelo de mañana tras el día de descanso de hoy con 44 triunfos consecutivos en hierba. No ha cedido un solo set en las tres victorias de la tranquila semana, en la que aprovechó para hacer otras cosas.
"Me gusta ver otros partidos, femeninos o masculinos", dijo Federer, que también tuvo tiempo de asistir a una cena benéfica en la residencia del cantante Elton John. "Quiero hacer algo más y no sólo estar centrado todo el tiempo en el tenis. Me gusta ir a la ciudad, a algún sitio, hacer algo más", señaló relajado tras ganar al francés Nicolas Mahut.
Pero hoy ya se preparó junto a su entrenador, Tony Roche, para batir a Berdych, al que ha ganado en tres de las cuatro ocasiones que se vieron las caras, la última también sobre hierba hace dos semanas en Halle (Alemania).
El suizo ve su camino libre sin Roddick, Nalbandian ni Ljubicic, aunque teme a Mario Ancic, que podría ser su rival en cuartos. Ancic fue el último que le batió sobre hierba en Wimbledon en 2002.
"A partir de ahora los partidos están llenos de peligros. Si paso, habrá otros grandes jugadores esperando", dijo cauto y sin pensar aún en Nadal, con el que sólo podría enfrentarse en la final.
"Realmente no estoy mirando más allá en el cuadro. Creo que este año tengo un cuadro muy duro", se quejó el suizo.
En el lado femenino, la primera favorita, la francesa Amelie Mauresmo, sigue adelante al igual que la rusa Maria Sharapova, campeona en 2004, y las belgas Kim Clijsters y Justine Henin, y destacan las ausencias de Martina Hingis y de Venus Williams, la campeona del año pasado, derrotada por la serbia Jelena Jankovic.