MADRID/PALMA DE MALLORCA.- Sus resultados de los últimos tiempos hacían pensar en un retiro cercano, pero el tenista español Carlos Moyà ni quiere pensar en ello, y apuesta al argentino Luis Lobo para recuperar "motivación" y volver al primer plano.
"Necesitaba un motivador, y Lobito lo es", dijo Moyà a DPA antes de volar, hoy, rumbo a Toronto para encarar la gira norteamericana sobre canchas rápidas, que desemboca a fin de mes en el US Open.
La noticia se conoció hace pocos días. Moyà dejaba a su entrenador de años, Joan Bosch, para apostar por Lobo. Bosch es íntimo amigo del ex número uno del mundo, pero ambos coincidieron en que se necesitaba una sacudida para que el jugador recuperara la explosividad y regularidad en su tenis.
Moyà cumplirá 30 años el 26 de este mes, y tomó en el momento justo la decisión de cambiar de entrenador: al igual que en temporadas anteriores, comenzó 2006 fracasando en Australia, pero sumando una final en Chennai y un título en Buenos Aires.
Pero luego sus resultados se fueron "desinflando", especialmente en las grandes citas de la arcilla como Roland Garros, Roma, Hamburgo y Montecarlo, donde sumó apenas dos partidos ganados en total. Había comenzado 2006 en el puesto 31 del ranking, pero a fines de julio ya estaba 48.
"Fue una decisión que medité bastante. Pero además de ser un motivador, Lobito conoce mucho el circuito, lo conoce en profundidad. Fue jugador y conoce todos los torneos".
Vencedor de su compatriota Rafael Nadal en marzo en Miami, aquel partido fue el triunfo más destacado de Moyà en 2006, aunque en aquella tarde al borde del Caribe Nadal mostrara su peor juego en mucho tiempo.
"Quiero encontrar nuevas sensaciones, nuevas motivaciones", dijo Moyà, que sabe que Lobo trabajará dando el cien por ciento: "Es una persona que se toma las cosas muy en serio, muy profesionalmente. Es el tipo de entrenador que se vuelca entero con el jugador".
Ex doblista y ex capitán del equipo argentino de Copa Davis, Lobo es, a sus 35 años, un entrenador con curriculum en el circuito. Llevó las carreras de sus compatriotas Juan Mónaco, Mariano Zabaleta y Agustín Calleri. Y ya sabe lo que es trabajar con un ex número uno, porque entrenó al controvertido chileno Marcelo Ríos. Una prueba, sin dudas, mucho más compleja que llevar tenísticamente a Moyá.
