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El duelo estuvo lleno de lujos y jugadas casi perfectas. Fotos: Reuters |
SANTIAGO.- Fue difícil, complicado. Nadie había augurado lo contrario. Ivan Ljubicic salió tan duro que
Fernando González debió batallar por más de tres horas para derrotarlo en tres estrechísimos sets y así avanzar a los cuartos de final del Masters Series de Toronto (Canadá, 2,45 millones de dólares, cemento).
No por nada el croata es el cuarto mejor jugador del mundo, no por nada llegó a fines del año pasado a la Copa Masters. Y ese gran rendimiento lo ha mantenido en 2006, por eso González tuvo una tarea titánica para sacarlo en los octavos de final. Al final, el chileno se impuso por
6-4, 6-7(4) y 7-6(3).
Está jugando un gran tenis, González. Mantiene su potencia, sus tiros ganadores, su excelente primer saque, pero le ha imprimido a todo eso un
sello cerebral. Es decir, decidir cuándo hacer cada cosa, y hacerla de la mejor manera, no a tontas y a locas, con esa furia incontrolable que usaba hasta hace unos pocos meses. Y eso lo hace ser más peligroso todavía.
Dentro de lo parejo que fue el partido, cada uno tuvo una pelota de quiebre en el primer set. Claro que González la aprovechó en el quinto juego para ponerse arriba en la cuenta y aguantarla con su servicio hasta el décimo game. Fueron 39 minutos de un tenis casi perfecto, potente, del gusto del aficionado más distante incluso.
Pero Ljubicic no da nada gratis. Y siguió buscándole la mano a la batería de golpes que le enviaba González. Se la encontró en el segundo juego de la segunda manga y llegó a estar 3-0, pero el chileno revirtió su suerte, quebró y emparejó las cifras. El europeo tuvo un par de pelotas más para quedarse con el saque de su rival, pero la igualdad llegó hasta el
tie break, donde Ljubicic se apoyó en su primer servicio para igualar el marcador general.
El desgaste podía pasarle la cuenta a cualquiera. El reloj indicaba casi dos horas de juego y quedaba la tercera manga por delante. Pero ambos tenistas entregaron lo mejor de sí, con golpes precisos y otros no tanto. Y ese refriega, Fernando González tuvo nueve bolas para quebrar, incluso dispuso de tres para quedarse con el triunfo en el décimo juego, pero Ljubicic se defendió y salió airoso.
Otra vez al
tie break. Pero acá
González estuvo preciso, pero por sobre todas las cosas tranquilo para atacar en los momentos precisos o para esperar el error de Ljubicic.
El próximo desafío del chileno será el argentino
José Acasuso (26° del orbe). A decir verdad, el oriundo de Misiones no debiera complicar más al chileno que Ljubicic, pero si llegó a cuartos de final es por algo. Para hacerlo superó al francés Julien Benneteau en dos sets.
Ojalá se mantenga la tónica que marca los
siete duelos que han jugado: González se ha impuesto en seis y en las más diversas pistas (arcilla, cemento y carpeta).