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El tridente chileno dejó la magia en casa

En su primera prueba, el temido tramado ofensivo compuesto por tres talentosos volantes quedó al debe. Faltos de fútbol e individualistas, Jiménez, Valdivia y Fernández no alcanzaron a "sacar el conejo del sombrero".

16 de Agosto de 2006 | 22:35 | Felipe Gálvez T., El Mercurio en Internet




Chile al ataque. Valdivia y Fernández perdidos.
SANTIAGO.- Si no hubieran jugado juntos, seguramente la crítica estaría igual, pero sería al revés: ¿por qué no entraron los tres?, cuando hoy lo que se reclama es ¿por qué jugaron mal estando los tres?

No es misterio que a veces un solo talentoso puede terminar haciendo mejor labor que una aglomeración de ellos. No por nada el dicho "tres son multitud". Colo Colo versión 2005 – dirigido por Marcelo Espina, un talentoso- nunca pudo brillar con Mauricio Donoso, Matías Fernández y Jorge Valdivia jugando juntos.

¿Por qué se da este problema? Respuestas pueden haber muchas, pero una clave la entregó el propio Jorge Valdivia tras la derrota de hoy ante Colombia: "todos queríamos tener la pelota".

Chile hizo una apuesta y hoy no resultó. Luis Jiménez deambuló por todo el mediocampo. Comenzó como punta por la izquierda, junto a Humberto Suazo. Luego retrocedió unos metros, cargándose a la derecha. Tras la media hora, decidió bajar aún más, porque pelotas no recibía muchas, y las que llegaba las perdía con facilidad.

Es cierto que el capitán estuvo 73 días sin vestir de corto, pero nunca tuvo espacio para dar con su fútbol. Atrás, a ambos lados, o adelante, se topó con otros dos que la tocaron bastante más que él… aunque también sin claridad.

Jorge Valdivia, comenzó cargado a la izquierda. Se abrió porque no le llegaba la pelota. El volante de Palmeiras era un espectador más cuando el que la llevaba era Matías Fernández y nunca pudo asociarse con su ex partner colocolino, pese a que cambiaban de posición sin mayor problema. El internacional chileno, sin embargo, fue el que se vio más cerca del buen nivel que se le conoce. Cuando comandó las acciones, se abrió camino ante la férrea marca colombiana y sacó un par de habilitaciones con un tinte de esa magia que mostró en el Apertura.

Pero tocó tantas pelotas como las que perdió. Impreciso y a ratos exagerado en los giros, Valdivia también dio cuenta de una preparación no suficiente para nivel de selección.



Chile defendiendo. El tridente la quita poco.
Matías Fernández, en tanto, mostró poco menos de lo que se le ha visto en el nuevo modelo colocolino, donde es absoluto guía de la ofensiva. El joven valor no fue víctima de tantos fouls como en el torneo local, no obstante careció de la explosión que tanto lo caracteriza y naufragó cuando la pelota era de Jiménez o Valdivia. Y viceversa.

Así, Chile nunca pudo entramar ese mediocampo que tanto susto metía por la magia que poseen sus individualidades. Humberto Suazo fue la gran víctima de esta riesgosa apuesta, pues el delantero apenas gozó de un par de pases, ninguno de ellos con la ventaja suficiente para que mostrara su especialidad. Tanto así que sólo por su empuje y lucha logró pelear un balón que parecía perdido y urdió una jugada que terminó con el penal del empate transitorio.

Primera vez jugando juntos, falta de práctica, poco conocimiento, etcétera. Razones hay varias y todas entendibles, por lo que el error sería crucificarlos antes de tiempo. Sin embargo, Nelson Acosta tendrá dura tarea ahora para el próximo amistoso. Seguir con el tridente, poner sólo a dos de ellos, o incluso pensar en un “regreso” de David Pizarro son alternativas que barajará el DT. Mejor eso que la escasez de otras épocas.

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