CÁDIZ.- Juan Román Riquelme, con un toque maestro en un tiro libre, dio al Villarreal el tercer puesto del Trofeo Ramón de Carranza, un torneo de donde se despidió el Real Madrid con una pobre imagen y donde tampoco aprovechó el partido por el tercer lugar para progresar en su juego.
No ilusionó el Real Madrid tampoco de telonero. Hacía once años que el Madrid no acudía a Cádiz a jugar este prestigioso torneo. Y su regreso no pudo ser peor para la afición cadista.
El Villarreal tampoco jugó bien y ganó el encuentro sólo con el certero tanto de Riquelme en la recta final. No maquilló el pésimo partido Riquelme, pero al menos dejó en el césped el único rasgo de calidad de 90 minutos para el olvido.
El primer tiempo resultó tedioso. Sin ritmo, sin dinamismo, fue un partido muy de pretemporada, muy del mes de julio, justo ahora cuando el inicio de la Liga se encuentra a la vuelta de la esquina. Defraudó el Madrid y también el Villarreal.
A los 11 minutos, Sergio Ramos, el corazón del Real Madrid, estuvo a punto de sacar petróleo de su jugada favorita: el remate de cabeza en un saque de esquina. Su testazo lo sacó como pudo Viera. Enfrente, el Villarreal tuvo menor enjundia que en otras ocasiones. Riquelme apareció lo justo, apenas para poner calidad en las acciones a balón parado, con Somoza y Senna por detrás. Cani, echado al costado, estuvo más insípido y sacó poco de su enorme calidad.
El Villarreal, en un partido impreciso en la entrega, pudo sacar provecho de los arreones de José Enrique, un lateral zurdo interesante, un internacional juvenil español, que si Pellegrini le da aire puede convertirse en un jugador con recorrido.
Tras el descanso, Capello dio minutos a toda la plantilla. Diego López, por cierto aguantó el partido entero de titular. Iker estuvo en el banquillo. Innovó Capello con Mejía en el medio centro como destructor y acabó el Real Madrid con Juanfran y Baptista arriba. Todo extraño y renovador.
Ni los titulares ni los suplentes tuvieron su día. Cuando todo apuntaba a los penaltis, apareció Riquelme a cuatro minutos del final para poner un 1-0 con una perfecta ejecución de un libre directo al borde del área.