MEDINAH.- Los días de tristeza y lágrimas por la muerte de su padre están olvidados: con los dos puños triunfantes levantados al cielo y con su irresistible sonrisa dibujada en sus labios, Tiger Wooods disfrutó de la felicidad por su duodécimo Grand Slam de golf en el Campeonato de la PGA.
"He vivido uno de esos días mágicos sobre el campo. Realmente fue un resultado excepcional. Tenía la sensación de poder hacer lo que quería", describió la noche del domingo sus emociones el mejor jugador de golf del mundo tras ganar un nuevo "grande" con 270 golpes en el campo de Medinah.
Sus contricantes aplaudieron rendidos. La superioridad de la estrella estadounidense de 30 años fue más impresionante que nunca, al igual que hace seis años, cuando Woods entre 2000 y 2001 logró el "Tiger Grand Slam" con cuatro victorias consecutivas en los majors en doce meses.
Empujado por su inalterable voluntad de ganar, confiado en su capacidad, ignorando a la competencia y centrado sólo en el hoyo, Woods ha redescubierto su dominio y vuelve a tener ese aura de invencibilidad.
Tras su triunfo en el Abierto Británico en julio en Liverpool, su primer grande de la temporada, abandonó el campo en un mar de lágrimas y en brazos de su caddie. Los recuerdos de su padre, que murió de cáncer en mayo, le superaron. La tarde del domingo, se liberó de todo. "Me decía constantemente a mí mismo: Golpea como siempre lo has hecho". Y funcionó.
Con apenas 30 años y en diez temporadas ha ganado ya doce Grand Slam y sólo el mítico Jack Nicklaus, con 18, le supera. "Simplemente es demasiado bueno", señaló Shaun Micheel. "Incluso cuando uno piensa que no puede jugar mejor, lo consigue", señaló Micheel, que ganó el título en 2003 y que fue segundo a cinco golpes de Woods, por delante del español Sergio García, con 276 golpes, al igual que el australiano Adam Scott y el inglés Luke Donald.
Donald, de 28 años, la gran esperanza europea, ni siquiera fue capaz de presentar batalla a Woods, a pesar de que vive en Chicago desde hace nueve años y conoce el campo de Medinah como la palma de su mano. El inglés llegó empatado con Woods a la última ronda, con 14 golpes bajo par. Pero Tiger empezó con el primero de cinco birdies y Donald no pudo seguir el ritmo, pese a que en la segunda y tercera jornadas no hizo bogeys y con diez birdies se situó al lado del astro estadounidense.
Pero Donald, como muchos otros antes, perdió la paciencia ante el juego de Woods. "No he acercado la pelota suficientemente a la bandera", dijo Donald, que no logró ningún birdie en su última tarjeta.
Woods se embolsó un premio de 1,22 millones de dólares y ya lleva acumulados 6,351 millones de dólares en sólo doce torneos en 2006. Es el número uno de la lista de ganancias de Estados Undios por delante de Jim Furyk y del segundo jugador mundial, Phil Mickelson.