BUENOS AIRES.- El árbitro argentino Horacio Elizondo sufrió el robo del reloj con el que dirigió la final del Mundial de Alemania, aunque luego lo recuperó en el marco de un partido de fútbol en el barrio marginal de Buenos Aires conocido como Fuerte Apache, donde nació Carlos Tevez.
El árbitro fue convocado por los organizadores para impartir justicia en el clásico del popular barrio disputado la noche del lunes entre el equipo local Fuerte Apache y el visitante Ciudad Oculta.
"Fue una idea curiosa y muy linda, y la experiencia resultó impresionante", escribió Elizondo en el diario deportivo Olé.
"Me encantó y puedo decir que me siento más cómodo dirigiendo acá que en Alemania desde el afecto y el cariño de la gente", agregó. La FIFA eligió a Elizondo para dirigir la apertura y la final de la Copa del Mundo.
Cuando finalizó el partido con la victoria por 2-1 de Fuerte Apache, los hinchas ingresaron a la cancha -de cemento, con pozos y despareja- festejando el triunfo del equipo del barrio de Tevez. Pero en el medio de la confusión de abrazos y saludos alguien le arrebató el reloj a Elizondo.
"Podría haber sucedido en cualquier lado y también de eso saco una conclusión positiva", dijo el árbitro.
"Me dio mucha bronca cuando me lo quitaron. Rescato que me lo devolvieron enseguida. A la gente le dio mucha vergüuenza y su reacción fue de una enorme dignidad y honestidad", agregó.
Fuerte Apache es un barrio marginal inaccesible para los que no son del lugar y que diariamente está patrullado por más de 100 gendarmes fuertemente armados.
En ese barrio vivió Tevez, quien triunfó en Boca y juega en la selección argentina y que comenzará una nueva etapa en el West Ham inglés.
El partido del lunes sirvió como excusa para recaudar fondos para ayudar a dos comedores de niños pobres, la contracara del fútbol rico y poderoso que pudo verse en el Mundial ganado por Italia.