BUENOS AIRES.- Barras bravas de Newell's Old Boys y Rosario Central reciben porcentajes por las ventas de jugadores, según denuncias de prensa sobre el fenómeno de la violencia en el fútbol de Argentina, que retornó a los primeros planos.
El secuestro "express" de la esposa de Javier Castrilli, aunque obra de delincuentes comunes, reavivó igualmente temores, pues el ex árbitro es secretario de Seguridad en Espectáculos Deportivos y realiza permanentes denuncias contra las barras.
Castrilli se preocupó en aclarar hoy que los delincuentes sólo se enteraron que habían secuestrado a su esposa cuando vieron su documento y atribuyó el hecho "al país que nos dejaron, de muchos años de barbarie, producto de la exclusión, de la injusticia social y el desempleo".
La esposa de Castrilli fue atacada el miércoles al salir de su casa, en el barrio de Flores, por tres delicuentes que la obligaron a subir a un automóvil y a hacer una extracción en cajero automático, hasta que la liberaron temerosos porque se habían cruzado con dos coches de policía.
El hecho ocurrió sólo horas antes de la reunión que Castrilli sostenía hoy con el ministro de Interior, Aníbal Fernández, y con los presidentes de los clubes River Plate y San Lorenzo, José María Aguilar y Rafael Savino, respectivamente, por hechos de violencia recientes en ambas entidades.
Aguilar recibió amenazas de muerte luego de que los barras de ese club tajearon los neumáticos de los automóviles de los jugadores algunos días atrás, disconformes con el rendimiento del equipo, mientras que los fanáticos de San Lorenzo atacaron el domicilio de un dirigente, furiosos tras la goleada de 7-1 propinada por Boca Juniors.
Castrilli, un ex árbitro famoso por su severidad, afirmó hoy que "todos saben que les pagan a los barras bravas", en referencia a los aportes económicos que dirigentes, jugadores y entrenadores dan a los fanáticos más violentos.
Al preguntársele si muchas veces los dirigentes del fútbol son también políticos y utilizan a los "barras" en los dos ámbitos, Castrilli consideró que "sí, muchas veces son utilizados como fuerza de choque".
Una serie de notas que publica esta semana el diario Clarín reiteró que los barras de River, Los Borrachos del Tablón, "tienen el control absoluto del gimnasio del club, revenden entradas y trabajan en seguridad en los recitales que se celebran en el estadio Monumental.
"Nadie lo confirmará, claro, pero se sabe que muchos planteles y entrenadores le entregan el diez por ciento de sus sueldos a los muchachos", dijo el miércoles informe de Clarín, que hoy dio nuevos datos sobre las barras de Rosario Central y Newell's Old Boys, los dos clubes más importantes de la ciudad de Rosario, a 300 kilómetros de Buenos Aires.
En ambos clubes, afirma hoy Clarín, "los barras presionan a los 'pibes', a sus padres y hasta a los representantes" para exigir el manejo de las carreras de los futbolistas juveniles, "asegurar" su futuro en la entidad y garantizarse porcentajes de firmas de contratos y trasferencias posteriores.
En Rosario Central, según el informe, "los barras captaron entre cinco y siete juveniles de cada división", en muchos casos a través de testaferros o impulsados por grupos empresarios que así logran quedarse con los mejores juveniles de cada categoría.