LONDRES.- El vicepresidente de la FIFA Jack Warner, titular además de la Concacaf, habría ganado unos 937.000 dólares gracias a la venta ilegal de 4.500 boletos y miles de paquetes turísticos para el Mundial de Alemania 2006.
La denuncia está contenida en una auditoría que la firma Ernst & Young elevó al secretario general de la FIFA, Urs Linsi, según un informe publicado en el diario inglés Daily Mail por el periodista Andrew Jennings.
La auditoría fue elevada por Linsi a sus jefes de la FIFA antes y durante la Copa de Alemania, del 9 de junio al 9 de julio, pero la máxima entidad del fútbol mundial terminó liberando a Warner de toda culpa.
El Comité de Ética de la FIFA había acusado a Warner, por siete votos contra uno, de conflicto de intereses por su rol de vicepresidente FIFA y de revendedor paquetes del Mundial a través de una agencia de su propiedad, Simpaul, en Trinidad y Tobago.
Warner salvó su situación asegurando que se había desprendido de sus acciones en Simpaul, pero la compañía siguió bajo el manejo de su hijo Daryan, según el informe de Jennings, autor hace unos meses del libro Foul, un duro documento contra la FIFA.
Simpaul vendió 900 boletos para los partidos de primera fase de Inglaterra, 1.500 para los de México y 3.000 para los de Japón, según la auditoría cuyos resultados fueron publicados por el Daily Mail.
Los auditores elevaron un primer informe el 11 de abril, luego de que la prensa de Trinidad y Tobago denunció en diciembre los vínculos de Simpaul con Warner, que no sólo es titular de la Concacaf, sino también integra comisiones estratégicas dentro de la FIFA.
La situación se agravó durante el Mundial cuando el agente suizo Antonio Gallichio reclamó en el hotel de Berlín donde se hospedaba la FIFA, porque no había recibido todos los boletos que había comprado, apuntando directamente contra la agencia Simpaul de Warner.
La FIFA, que durante el Mundial expulsó de Alemania a su dirigente Ismail Bhamjee, de Botswana, por revender a precios inflados doce boletos del torneo, no tomó sin embargo sanción alguna contra Warner, uno de sus miembros más poderosos.
Warner, que se negó a responder al Daily Mail, "controla 35 votos cruciales" en la región de Caribe, Centro y Norte América (Concacaf) para que Joseph Blatter se mantenga como presidente de la FIFA, según Jennings, quien aseguró que Warner "amasó fortunas" con la reventa de boletos.
Simpaul, controlada tras la denuncia por Daryan Warner y Patricia Modeste, una secretaria de Jack Warner, vendió sus 900 boletos de partidos de primera fase de Inglaterra a David Gambier, de la firma Sports World Group.
Soccer Travel, de Miami, compró luego a Simpaul 1.500 boletos de partidos iniciales de México y Kinki Nippon Tours adquirió finalmente 3.000 boletos para los partidos de Japón, además de boletos adicionales vendidos en Europa a través de la firma Kick Sports Inc.
Simpaul, que ganó casi 3,2 millones de dólares con la venta acomodaciones en hoteles alemanes durante el Mundial, demandó con tanta insistencia boletos a la firma Byrom, operadora de la FIFA, que ésta elevó protestas ante las autoridades.
Ernst & Young dijo en su informe que Daryan Warner replicó que él era "intocable" cuando le fueron requeridas precisiones sobre las exigencias y las operaciones de Simpaul durante el Mundial, según el informe del diario británico.
La auditoría afirma además que numerosos boletos en poder de Simpaul fueron derivados luego a "mercados secundarios", violando las disposiciones de la FIFA sobre la venta de localidades para la Copa del Mundo.
Jennings recordó que hace cuatro años denunció que Jack Warner ganó 250.000 dólares vendiendo boletos del Mundial 2002, una actividad a la que se dedica desde los años ’80, pese a su condición de vicepresidente FIFA.
