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SANTIAGO.- En 2004, Villarreal tuvo que esperar hasta la sexta fecha para conseguir un triunfo en la liga española. El año pasado la primera victoria la obtuvo en la quinta jornada, pero como local recién celebró en la sexta. Y el técnico Manuel Pellegrini no quiere que le suceda lo mismo en la temporada que recién comienza.
Por eso dolió tanto la derrota del domingo pasado ante el Recreativo de Huelva, recién retornado a la primera división. El conjunto de Pellegrini fue incapaz de revertir la racha de malos inicios (debutó con un 0-0 ante Real Madrid en el Bernabéu) y por eso la conversación con el plantel y en especial con los capitanes, Quique Alvarez y Rodolfo Arruabarrena, fue seria.
Pellegrini no quiso hablar tras la práctica. Sí lo hizo Alvarez, quien señaló que "simplemente hemos cambiado impresiones con el técnico, algo normal que se hace cuando has perdido un partido o cuando hay algo que no te gusta en el equipo. Necesitamos poner algo más para dar vuelta la situación".
Salvo las lesiones sufridas por Pires, Gonzalo Rodríguez y el recién llegado Cygan, el equipo castellonense no tiene menos calidad fútbolística ni técnica que los de años anteriores. "Pero eso no nos asegura ganar", dice el uruguayo Forlán.
La pretemporada fue del gusto de Pellegrini y los dirigentes que encabeza Fernando Roig se han encargado de invertir varios millones para fortalecer la escuadra que llegó a semifinales de la Liga de Campeones. De hecho Villarreal cuenta este año con el mayor presupuesto de su historia, que alcanza los 55 millones de euros (69,8 millones de dólares).
Pero Alvarez le baja el tono al mal comienzo, "acabamos de empezar y es mucho mejor que estas cosas pasen ahora. Teníamos la ilusión de comenzar un año bien, sobre todo tras el punto conseguido en Madrid, pero no pudo ser. Ahora tenemos la oportunidad de cambiar la racha ganando al Deportivo de La Coruña".
Eso sí, reconoce que cada vez les costará más ganar, especialmente de local: "Nuestra forma de jugar sigue siendo la misma, y los equipos se meten atrás. Y cuando nos marcan un gol nos desesperamos y la ansiedad nos mata".
Forlán añade que "cuando marquemos y consigamos una victoria la visión cambiará y trabajaremos más tranquilos".