ROMA.- A poco más de dos meses de renunciar como entrenador de la selección inglesa, el sueco Sven Goran Eriksson reconoció que echa de menos el fútbol y necesita volver a dirigir en breve pues atraviesa una especie de síndrome de abstinencia.
"Me hace falta el fútbol. Es como una droga para mí y tengo la necesidad de volver a entrenar lo antes posible", explicó Eriksson a un programa de radio italiano, al que aseguró que le resulta indistinto hacerlo en un club o en una selección nacional.
"Arsenal, Manchester United, Liverpool o un equipo italiano. Sea un equipo o una selección no importa. No aspiro a dirigir a un club en particular, en cualquiera de los que mencioné estaría muy bien", agregó el entrenador.
"Pasaron dos meses y medio desde que terminó mi experiencia al frente de la selección inglesa y ya siento la necesidad, el deseo de volver a entrenar. El fútbol para mí es como una droga", reiteró.
"Quisiera dirigir algunos años más y después recién evaluaría ocupar un rol de dirigente en el mundo del fútbol. Este es mi mundo y la única cosa en mi vida que me hace bien", completó Eriksson, quien recordó con alegría su paso por Lazio y dijo que no descartaría volver a dirigir en el calcio.
"Me gustaría porque el fútbol italiano es uno de los torneos más importantes del mundo", aseguró el DT sueco, quien consideró "justa" la consagración de la selección "azzurra" en Alemania, aún cuando reconoció que tuvo "un poco de suerte".
En relación con el escándalo de corrupción que derivó en el descenso de Juventus, Eriksson dijo que "no estoy muy enterado de qué fue lo que pasó, pero es un pecado porque a mi entender se trató de un caso aislado y de una situación que ocurre en todos lados".
Eriksson aseguró que a su entender el francés Zinedine Zidane, que se retiró del fútbol tras el Mundial de Alemania, es a su entender "el mejor jugador de siempre, más allá del error que cometió en la final", cuando lo expulsaron en la final por un cabezazo artero al italiano Marco Materazzi.
