JOHANNESBURGO.- Muchos de los hoteles de Johannesburgo y Ciudad del Cabo ya han reservado todas sus habitaciones para el periodo en el que se celebre el Mundial de fútbol Sudáfrica 2010, un evento que no deja de plantear dudas sobre si el país está realmente preparado.
Según el último informe del comité organizador del Mundial 2010, dado a conocer hoy, 18.584 habitaciones de hoteles han sido reservadas para el evento. Del total de éstas, 5.732 están en Johannesburgo, ciudad donde tendrá lugar el partido de apertura y el encuentro final, y 4.463 en Ciudad del Cabo.
Entre los casos más llamativos está el del hotel Westcliff, uno de los más elitistas de Johannesburgo y del país, que no dispone de una sola cama libre cuatro años antes de que dé comienzo el evento.
Hans Prenner, director general del hotel Michaelangelo, situado en la zona comercial de Sandton, dijo, en declaraciones al diario nacional The Star, que su hotel también estaba completamente lleno, como es el caso de numerosos establecimientos hosteleros de la nación africana.
Con el fin de ser previsores y observar las oportunidades en el sector del alojamiento, el ministro de Turismo, Marthinus van Schalkwyk, llevará a cabo hoy una reunión en Johannesburgo junto a responsables de "Match Event Services", la compañía empleada por la FIFA para cumplir con los requisitos de alojamiento.
"Match" tiene como objetivo la reserva de 55.000 habitaciones de hotel, además de buscar la venta de camas en Paradores, Casas de huéspedes, Parques Nacionales y hostales, con lo que se prevé un incremento de un 10 por ciento en el precio de la industria para 2010.
Al próximo Mundial de Fútbol le están siguiendo innumerables polémicas, que llegan tanto desde dentro como fuera de las fronteras nacionales, tales como que el sueldo del nuevo entrenador del equipo nacional, el brasileño Carlos Alberto Parreira, va a ser mayor mensualmente que el que el presidente del gobierno, Thabo Mbeki, recibe en un año.
Otras polémicas planteadas, como el de la seguridad -pues Sudáfrica se postula con uno de los más alto índices de criminalidad del mundo- y la falta de transporte público, no paran de generar incógnitas de si en los años que quedan hasta la celebración futbolística el país más desarrollado del continente negro conseguirá alcanzar su objetivo soñado.