El volante francés Patrick Vieira recibe una de las 354 tarjetas amarillas que se han mostrado este año en el calcio.
AFP
MILÁN.- Una lluvia de tarjetas rojas y amarillas ha caracterizado la fase inicial de la temporada de la Serie A del fútbol italiano por la mano dura de los árbitros, que están respaldados en sus medidas por sus jefes.
En los seis primeros partidos de la liga, los jugadores fueron amonestados con 354 tarjetas amarillas, un 52 por ciento más que en la temporada anterior. Las expulsiones fueron más del doble, de 13 a 28.
El número de faltas cometidas en seis jornadas se incrementó de 2.183 el año pasado, a 2.287.
La Asociación Italiana de Arbitros (AIA) inició antes de la actual temporada un radical proceso de reforma, luego de la suspensión de varios árbitros implicados en un escándalo de partidos apañados.
Luigi Agnolin, antiguo árbtiro, nombrado Comisario interino de la AIA para la Federación nacional de fútbol, defendió hoy en la La Gazzetta dello Sport la actuación de los jueces: "Los jugadores no se han percatado que después del Mundial la vida ha cambiado y que la línea dura es obligatoria", afirmó.
"En partidos internacionales, jugando con los azzurri, o en partidos de Copas de Europa no son amonestados porque evitan ciertas conductas", agregó.
"Es posibe que haya habido un exceso de tarjetas rojas y amarillas, pero el hecho es que si los jugadores no cambian su forma de proceder el promedio seguirá siendo elevado’’, concluyó.