Desde que Mirosevic partió a Argentina, se ha especulado con su regreso a la UC. Pero no.
APSANTIAGO.- Cuando Milovan Mirosevic decidió que su nuevo destino era Israel, el Beitar Jerusalem, uno de los cuatro equipos más importantes de ese país, lo hacía consciente de que desaparecía un poco del medio. "Sabía, pero creo que era mi mejor opción. Necesitaba un lugar donde pudiera jugar, recuperarme de la pubalgia que me tuvo casi tres meses inactivo. De eso te cuesta volver. Físicamente ahora estoy bien, futbolísticamente me siento mucho mejor y los partidos me van ayudando".
-¿Qué es lo que te falta?
"A esta altura creo que jugar no más, los partidos me van poniendo y estoy cerca del 100 por ciento. Por eso he empezado de titular y otras veces he tenido que esperar, pero para mí está bien, quiero ir de a poco. Ya hice mi primer gol, ganamos el domingo y quedamos punteros. Estoy recuperando el tiempo perdido".
-¿Cómo están jugando?
"Con dos líneas de cuatro y dos delanteros. Los del medio con un rombo, un esquema bien ofensivo. Yo he jugado hasta de segundo delantero porque tenemos bastantes seleccionados y de repente nos falta gente. En general juego como volante derecho y a veces izquierdo".
-Tu entrenador es Osvaldo Ardiles, ¿ayuda que sea él, a quien conoces de Racing?
"Es bueno que sea alguien conocido, en la parte futbolística ayuda porque sabes lo que espera de ti. En un principio fue fundamental por la parte humana también, acá es una gran cosa compartir el idioma, íbamos a comer a un restaurant uruguayo de carnes".
-¿Quiénes son tus amigos en el plantel?
"Ahora que llegó Cristián Fabbiani (ex Palestino y Lanús) hablamos mucho, salimos juntos a comer, vamos a todas partes. En un principio salía con los que nos entendíamos más, especialmente los extranjeros, hay un brasileño, está el portugués Joao Pinto, el ghanés Boateng con quien hablamos en inglés, en general con ellos".
-¿Cómo es vivir en Jerusalen?
"Es una ciudad muy linda, de a poco uno la va descubriendo. Yo te diría que el idioma es la gran barrera, porque aunque trates no se entiende nada. Acá se escribe y se lee al revés. Lo demás está todo bien, vas encontrando lugares para ir a cenar, es una ciudad entretenida, con mucho movimiento cultural".
-¿Cómo te afectó la guerra con El Líbano?
"Acá nunca se sintió mucho, siempre llevamos una vida normal. Había una especie de seguridad de que, por ser patrimonio de todas las culturas, en Jerusalén no iba a pasar nada. Si hay una presencia militar más grande que en los países donde había vivido, cosas que te impresionan, por ejemplo, muchas mujeres militares que pasan por la calle con uniforme, o nuestros compañeros más jóvenes, que todos los días van un rato al servicio militar".
-¿Cuánta gente vive en Jerusalen?
"Unas 700 mil personas más o menos, pero ahora anda mucha gente porque se celebró el año nuevo judío. Y ahora viene el Yom Kipur (día del perdón). Son días de fiesta acá. Andan muchos argentinos, chilenos he visto poco".
-¿Qué es lo que más echas de menos de Chile?
"Sin dramatizar, uno puede acostumbrarse a muchas cosas, pero al final lo que te cuesta es acostumbrarte a no ver a tu familia. Yo los extraño a todos, a mis viejos, a mis hermanos, a mis sobrinos, a todos. Hasta mi señora se fue unos días a Chile".
-¿Y la selección se echa de menos?
"Claro que sí, me da lata no estar, pero lo asumo como uno de los costos. Además que si estuviera en otro club, más a la vista de Chile, en una de esas tampoco me llaman".
-Pero Olarra juega en Israel y a él si lo llaman...
"Bueno, entonces queda claro, ¿no? Es un poco evidente que no soy del gusto de Acosta. Ahora he jugado 90 minutos y los he aguantado bien, confío en mis capacidades y creo que en algún momento puedo aportar".